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Título: Vernáculos de pájaros en Villarroya |
Los niños, mozos y hombres –más que las mujeres– del medio rural han tenido una relación especial con los pájaros. En gran parte de los casos ha sido una relación depredadora pues las aves más pequeñas han entrado muy bien a los cepos, alcatrapas y otras trampas antes de terminar en la cazuela. Las aves de más tamaño eran llamadas comúnmente de escopeta y esto ya nos dice mucho de cómo el hombre del campo ha tratado a las aves.
La relación con otros pájaros como golondrinas, aviones y vencejos ha sido más simpática ya que por razones morales su caza ha sido siempre un tabú –las golondrinas ayudaron a Jesucristo a quitarle las espinas–.
Niños y mocetes se apropiaban simbólicamente de un nido de pájaros al que cuidaban hasta que las crías pudieran volar y lo mantenían en secreto para que otros no se apropiaran de él.
En La Rioja hay una gran variedad de nombres vernáculos. A los pájaros más comunes se les llama de muy distintas maneras.
Glosario:
Abejarruco: abejaruco.
Aletilla: mosquitero común.
Andarríos: Lavandera blanca.
Arriblanca: Collalba gris.
Caudón: alcaudón.
Chimbos: Papamoscas gris.
Coujada: cogujada, alondra.
Culirroyo: colirrojo.
Escachaberzales: chochín. Este nombre tiene cierta guasa porque se trata del pájaro más liviano que se conoce por estas tierras, incapaz de escachar ninguna planta.
Fíofanfa: ¿totovía? Nombre de carácter onomatopéyico.
Golorito: jilguero.
Hocete: vencejo.
Lucano: lúgano.
Martín torero: Oropéndola. Nombre de carácter onomatopéyico aunque en otros lugares de la provincia el canto se interpreta de maneras bien distintas: Martín Toledo, Martín bolero, Patricio por fin volvió, Patricio ero yo, Mauricio te vi te veo, Perero, Perico que estás forastero, Faustino Orío.
Picapionero: Picatroncos.
Pichente: petirrojo. El nombre es algo onomatopéyico pues tiene un canto parecido a piche.
Senderuela: ¿?