Título: Tamar III |
El rey moro tiene un hijo que Tranquilo se llamaba
un día estando comiendo se enamoró de su hermana.
Como no podía ser cayó malito en la cama,
su padre subió a verlo domingo por la mañana.
–¿Qué tienes, hijo Tranquilo, qué tienes, hijo del alma?
–Tengo unas calenturitas que me atraviesan el alma.
–¿Quieres que te mate un ave de estos que vuelan por casa?
–Padre, haga usted lo que quiera pero que suba mi hermana–.
Como era en tiempo verano su hermana subió en enaguas
y Tranquilo que la vio como un león la miraba
la agarró de la cintura y se la metió en la cama.
-Déjame, hermano Tranquilo, déjame que soy tu hermana.
-Si eres mi hermana que seas no haber nacido tan guapa.
A eso de los nueve meses la niña se puso mala
parió un hermoso Tranquilo que a todo el mundo envidiaba
que a todo el mundo envidiaba que a todo el mundo envidió.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.