Título: Tamar II |
El rey moro tiene un hijo que Tranquilo se llamaba
estando comiendo un día se le cayó la cuchara.
–¿Qué te pasa, moro mío, qué te pasa, moro (d)e mi alma?
–Tengo unas calenturitas que me traspasan el alma.
–¿Quieres que te mate un ave de esas que vuelan por casa?
–Máteme la que usted quiera que me la suba mi hermana–.
Como era en tiempo verano la hermana subió en enaguas
la cogió de la cintura y se la metió en la cama.
Al poco tiempo la chica cayó mala,
su padre no gastó tiempo
trajo cinco doctores, los mejores de Granada,
el uno le tentó el pulso, el otro le tentó la gana
y los otros tres decían: –Esta chica está preñada–.
–Si estoy preñada que esté, a nadie le importa nada,
estoy de mi hermano Tranquilo que me metió en su cama–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.