Título: Pullas entre Islallana y Viguera |
Cuando llegas a Islallana
lo primero que has de ver,
las ventanas bien abiertas
y las camas sin hacer.Viguereña, rabuda,
¿dónde está el rabo?
En el puente Viguera
me lo he dejado.
Lo de rabuda viene a colación de que los habitantes de Viguera tienen fama de ser descendientes de judíos. Hace siglos los cristianos viejos se burlaban de ellos cargándoles con el estigma de tener rabo.
Es cierto que una pequeña población de judíos conversos recabaron en Viguera. A partir de finales del siglo XIV comienzan las persecuciones a la población judía en los reinos hispanos y muchos salieron de las ciudades y fueron a vivir a pequeñas poblaciones donde rehicieron sus vidas de una manera discreta, lejos, sobre todo, de los ojos de la Inquisición. Así ocurrió con la familia de iben Bazo, ya documentada en la importante aljama calagurritana en la segunda mitad del siglo XI. A comienzos del siglo XV aparecen los Bazo en San Román de Cameros, Rabanera y Viguera, dedicados a la arriería y el comercio. Un grupo familiar que protagonizó un importante ascenso social gracias, sobre todo, a la ayuda mutua de sus miembros. De ello nos habla el historiador camerano Ernesto Reinares:
“Un grupo con largo historial de alcaldes, escribanos y médicos, prestamistas y especuladores, clérigos, tejedores de paños y lienzos derivados del ganado lanar con el control de estas manufacturas, su monopolio y comercialización, además de otros de más baja fortuna con oficios humildes como herreros, pelaires y tintoreros, arrieros, incluso labradores. Una pléyade de hombres tan odiada como temida, diseminada por los pueblos del valle camerano y tierra de Yanguas, infamada y sospechosa de tener antecedentes judaicos, en su caso parece ser que certeros; pero ardorosos a la hora de sacudirse el estigma indeleble de ser ‘cristianos nuevos’, incluso con fama de sambenitados por el tribunal de la Inquisición”
…
“Según todos los indicios, a lo largo del siglo XVI en la tierra de Yanguas y Cameros linajes de criptojudíos notorios como los Bazo, Elías, Herreros y otros, constituyeron un influyente entramado familiar en torno a Soto, Nalda, San Román, Viguera y otros lugares aledaños”.
(Ernesto Reinares Martínez, Hidalgos, pecheros y malhechores. Del mito a la realidad histórica, Amigos de San Román – Ayuntamiento de San Román, Logroño, 2016, páginas 104 y 276).
Una pulla que los pueblos cercanos lanzan a los de Viguera es aquella que dice: “De Viguera era Judas el traidor”, a lo que los viguereños contestan: “Pero lo llevaron a tu pueblo y lo hicieron corregidor”.
(Diego Ochagavía, «La villa de Viguera» en Berceo, revista del I.E.R., n. 30, Logroño, 1954, página 24).
Para terminar, la última de las dedicatorias que hemos recogido hacia Islallana, también atribuida a los viguereños, es una maldición deseando que les caiga la peña que separa ambas poblaciones:
Permítalo Dios del cielo
y la Virgen Soberana,
que caiga Peña Sayón
y mate a los de Islallana.
Bibliografía:
- Oscar Javier Mendoza García, Pueblos riojanos en romances, coplas y dichos recogidos por Bonifacio Gil García, IER, Logroño, 2009.