Título: Mil veces Jesús II |
El tres de mayo, día de la Cruz, algunos lugares conservaban una vieja costumbre que era la de rezar para espantar los males del demonio. A esas alturas del año comenzaba el peligro de las tormentas y del granizo que podían arruinar las cosechas. Para evitar la ruina de las familias, siempre obra del maligno, había que conjurar todos los males.
Huye de mí, satanás,
que en mí, parte no tendrás
porque el día de la Santa Cruz dije mil veces Jesús,
Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús, Jesús.
Lo rezaban cien veces para decir el nombre de Jesús mil veces, la abuela y la tía de Alicia llevaban la cuenta con un rosario en la mano.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Oraciones, conjuros y fórmulas mágicas recogidas de la tradición riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2018.