Los mandamientos de la Santa Madre Iglesia son cinco:
el primero,     amar al dinero,
el segundo,     fastidiar a todo el mundo,
el tercero,     no pagarle al posadero,
el cuarto,     ayunar después de harto,
y el quinto,     beber buen trago de vino tinto.
Estos mandamientos     se encierran en dos:
todo para mí     y nada para vos.

En la tradición se conservan varias contrafactas a lo burlesco de los Diez mandamientos de la ley de Dios o de los Cinco de la Santa Madre Iglesia. En este caso son los mandamientos del rico, también los hay del pobre, del zapatero, del bebedor, del pastor, de Franco y alguno más.