Título: Los besos de la señorita II |
-Señorita, deme un beso.
-Tú no sabes lo que es eso.
-Señorita, deme dos.
-Pase usted pal comedor.
-Señorita, deme tres.
-¡Qué atrevido, qué atrevido es usted!
-Señorita, deme cuatro.
-Pase usted para mi cuarto.
-Señorita, deme cinco.
-¡Este tío me echa un blinco!
-Señorita, deme seis.
-Échese sobre mis pies.
-Señorita, deme siete.
-Este tío me la mete.
-Señorita, deme ocho.
-¡Ay, cómo me pica el chocho!
-Señorita, deme nueve.
-Que a este tío no le viene.
-Señorita, deme diez.
-Joderemos otra vez.
Tenemos que insistir de nuevo sobre la poca visibilidad que tienen las canciones obscenas en los cancioneros y obras recopilatorias de la tradición oral. Hay auténticos especialistas en este género, como Juanitín de Brieva, Regino Oliván de Lagunilla, José Luis El Granuja de Vadillos o Julián de Castroviejo. Todos ellos con muy buena retentiva, buen humor vital, y dispuestos para el canto.