Título: Las señas del esposo XI |
Estando yo en mi balcón bordando paños de seda
vi venir a un caballero por alta sierra morena.
Corriendo fui a preguntarle si venía de la guerra.
–Sí señora, de allí vengo, ¿tiene usté alguien que le duela?
–Sí señor, tengo a mi novio que hace tres años en ella.
–Déjeme usted a mí las señas por ver si le conociera.
–Mi novio es alto y buen mozo sargento de transmisiones
lleva un escudo bordado bordado de dos colores.
–Sí señora, lo conozco, muerto en la guerra se queda
que yo le estuve alumbrando pa que el testamento hiciera
y en el testamento dice que me case con su prenda.
–Yo, casarme con usted, eso sí que no lo hago,
yo, casarme con usted, eso sí que no lo hiciera.
–Abre los ojitos, niña, si me quieres conocer
que el que está arriba (d)el caballo es el que tu novio es.
¡Cuanto yo a ti te he querido cuanto más te querreré
por saber llevar la honra la honra de una mujer!–.
Y así fueron los abrazos y así fueron los delirios
y aquí se acaba la historia de estos dos novios queridos.
Publicado en:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.