Título: Las dobleces del zapatero |
En mi pueblo vivía un zapatero
que trabaja bien al punto
pero tiene la manía
de hacer el calzado justo.
La otra tarde me hizo un par
que para meterla sudaba,
tan estrecho le venía
que ni la punta le entraba,
pero al momento
la hice sufrir
y dando gritos
me dice así:
¡Ay!, cómo me aprieta,
nube negra que no me viene,
¡ay!, cómo me aprieta,
me duele mucho el empeine.
Écheme usted unos polvos
que estoy pasando grandes tormentos
y pa que venga más suave
métame usted la cola dentro.