Título: La Virgen y el ciego XI |
Iba la Virgen María de Egipto para Belén
y en la mitad del camino el Niño tenía sed.
–No pidas agua, mi vida, no pidas agua, mi bien
que los ríos bajan turbios fuentes y arroyos también–.
Allá arriba en aquel alto hay un rico naranjel
un ciego lo está cuidando qué querrá el ciego por él.
–Ciego mío, ciego mío, si una naranja me dier
para la sed de este Niño un poquito entretener.
–¡Ay, Señora, sí Señora, tome ya las que quisier!–.
La Virgen, como era Virgen, no cogía más que tres
el Niño, como era niño, todas las quiere coger.
Apenas se fue la Virgen el ciego comenzó a ver.
–¿Quién ha sido esa Señora que a mí me ha hecho tal merced?
–Ha sido la Virgen pura que iba de Egipto a Belén–.
Puede escucharse en el CD que acompaña al libro citado en bibliografía.
Piedad de la Avellaneda cantaba con un gusto exquisito los varios romances que conocía. En éste nos deleita con unos melismas que parecen de otros tiempos. El romance debió ser cantado con una tonadilla similar en la comarca, véase si no el siguiente enlace.
Enlace:
Bibliografía:
- Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.