Título: La Virgen y el ciego X |
Camina la Virgen pura de Egipto para Belén
y a la mitad del camino el Niño tenía sed.
–No pidas agua, mi vida, no pidas agua, mi bien,
que los ríos bajan turbios y no se puede beber.
Allá arriba en aquel alto hay un lindo naranjel,
cargadito de naranjas que más no puede tener,
el hombre que las guardaba era un ciego que no ve.
–Ciego, deme una naranja pa este niño que trae sed.
–Entre la señora y coja y que entre el niño también.
Cuantas más naranjas coge más florece el naranjel
y cuando la Virgen marchaba el ciego empezaba a ver.
–¿Quién ha sido esa señora quién ha sido esa mujer
que a mí me ha hecho tanto bien?
Es la madre de aquel Niño de aquel que nació en Belén
nos bendiga la comida y nos dé su gracia, amén.
El final de este romance nos revela que ha sido recitado previamente a las comidas como una forma de oración o bendición de la mesa.
Bibliografía:
- Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.