Título: La Virgen y el ciego IX |
Este romance se canta en Rincón de Soto a continuación del de Madre, en la puerta hay un Niño. Se cantaban seguidos y, como vemos, con la misma melodía.
Camina la Virgen pura camina para Belén
y a la mitad del camino pide el Niño de beber.
–No pidas agua, mi Niño, no pidas agua, mi bien
que los ríos bajan turbios fuentes y arroyos también–.
Un poco más adelante hay un rico naranjel
cargadito de naranjas que no las puede tener.
–Si me da usté una naranja pa este Niño entretener.
–Entre, Señora, a por ella y entre usté al Niño también–.
La Virgen, como era Virgen, no cogía más que tres
las coge de una en una florecen de tres en tres
y el Niño, como era niño, todas quería coger.
El hortelano era ciego ciego que nada no ve
cuando se marchó la Virgen el hortelano ya ve.
–¿Quién ha sido esa Señora que me ha hecho tanta merced?
–Es la madre de aquel Niño de aquél que nació en Belén–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.
- Manuel de Lecuona, “Esculturas calahorranas en Nueva York” en BERCEO, revista del IER, Nº 9, Logroño, 1948.
El milagro de la palma. Escultura que durante siglos lució en el retablo mayor de la catedral de Calahorra y que desde el año 1938 figura en el Museo Metropolitano de Nueva York. Una vergüenza más del patrimonio riojano ausente, robado, desaparecido o malvendido. La escultura representa el milagro de la palma, tradición evangélica apócrifa con la misma base que nuestro romance: durante la huida a Egipto el Niño tuvo sed y fue calmado por los frutos de un árbol (palma en un caso, naranjas en el caso del romance).