Título: La Virgen sueña la pasión |
Sentadita está la Virgen a los pies de una alameda
con dos agujitas de oro bordando paños de seda,
por allí pasó Jesús y le dijo:
–¿Recéis o veléis o en qué penséis?
–Ni rezo ni velo, de sueño que tengo,
tengo un sueño soñador que en verdad me parecía,
que estaba Jesús enclavado en el Monte Olivete
con ciento ventiuna espinas todas de un espino albar.
La que esta oración la diga tres veces al acostar
verá a la Virgen María una hora antes de expirar.
Es creencia antigua recogida en La Rioja, País Vasco y Navarra -seguramente en más lugares-, que el espino albar protege a las personas y sus bienes de los rayos. Cuentan que la corona de espinas que pusieron a Jesucristo estaba hecha con ramas de este arbusto espinoso. Como vemos, en este romance-oración la creencia se torna en verso, Jesucristo llevaba una corona de espino albar (Crataegus monogyna) con ciento ventiuna espinas.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.