Allá arriba, allá arribita,     doce leguas de un calvario
ha pasado una mujer     toda vestida de blanco
no me atreví a preguntar     si ha visto a Jesús amado.
–Le he visto o no le he visto     por allá arriba ha pasado
con una cruz en los hombros     y una cadena arrastrando
los perros y los judíos     por detrás iban tirando–.
Caminemos, caminemos,     caminemos al Calvario
que por pronto que lleguemos     ya le habrán crucificado.
Ya l’han clavado los pies     ya l’han clavado las manos
ya le meten la lanceta     por su divino costado.
La sangre que de él caía     caía en cáliz sagrado
el hombre que la bebiera     será bien afortunado
en este mundo ray     y en el otro coronado.

Bibliografía:

• Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.