Título: La procesión de La Rueda III |
Sorprende en Santo Domingo de La Calzada que los danzadores que acompañan en todas las procesiones que se celebran durante las fiestas del santo no sean los aguerridos mozos de otras localidades riojanas sino niños de entre diez y quince años, dirigidos por el mayor que en esta localidad es llamado cachiburrio.
Las danzas de niños en España vienen de muy antiguo aunque en la actualidad perduren muy pocas. El 22 de marzo de 1522 la llegada a la catedral de Calahorra del nuevo obispo Adriano VI se celebró “con Gigantes y danzas de niños» (Pedro Gutiérrez Achutegui, Historia de la Muy Noble, Antigua y Leal Ciudad de Calahorra, Ed. Ochoa, Logroño, 1981, página 109).
Para el día del Corpus de 1593, Juan Vicente, regidor perpetuo y comisario de las fiestas de Logroño, contrató a Diego Tomey, vecino de Fuenmayor, para que éste enseñara a los Niños de la doctrina “una dança de mono” y por el trabajo de enseñarles y tañer la música, recibiría 7 ducados. (A.H.P.L.R., Logroño, Mateo de Viñaspre, 1591-1593. Leg. 565/1. Fol. 895 rº-vº. 58).
Entre las representaciones que se celebraban en la fiesta del Corpus en las grandes capitales de Castilla eran muy habituales las danzas de niños, así las vemos en Zamora (año 1617) y en Pamplona (1619) con motivo de la canonización del misionero Francisco de Javier.
En el siglo XIX fueron frecuentes las danzas de niños en las fiestas de Burgos:
«Tomás Martínez, vecino de Burgos, ofrece para el Corpus de 1800 ‘poner ocho niños instruidos’ a cambio de tan solo 240 reales y no los 40 ducados con que suelen contribuir, pasando el asunto a los caballeros obreros mayores.
Sebastián Montero y José Rodríguez se ofrecen para hacer la danza de los niños en 1801 como lo hicieron el año anterior y asimismo Tomás Martínez y Domingo López proponen presentar una danza con ocho chicos ‘sin interés alguno más que el de cien reales’ para las zapatillas, solicitudes que se trasladan a los caballeros obreros mayores para que resuelvan.»
(Salvador Domingo, en obra dirigida por Miguel Manzano Alonso, Cancionero popular de Burgos, Tomo VII, Música Instrumental, Diputación provincial de Burgos, 2006, página 129).
«El grupo [de la danza de Burgos] que hasta al menos 1852 se componía de ocho niños, ya antes de 1874 estaba integrado como hoy por doce danzantes de 10 a 14 años (guías los de los extremos y contraguías o centros; el primero de su izquierda es el rey o danzante más experimentado). Posteriormente se incorporaron tres auxiliares o paleros para llevar los instrumentos.»
(Salvador Domingo, en obra dirigida por Miguel Manzano Alonso, Cancionero popular de Burgos, Tomo VII, Música Instrumental, Diputación provincial de Burgos, 2006, página 134).
En el año 1889 hubo una magna peregrinación a Valvanera en un acto de reafirmación católica con grandes dosis de conservadurismo ideológico y político. Hasta el santuario mariano llegaron todos los pueblos de La Rioja en procesión. La romería de cada pueblo culminaba en la entrada del monasterio llevando estandartes, cantando himnos religiosos y rezando. Entre las romerías que más llamaron la atención estuvo “la de San Millán de La Cogolla, por su caprichosa danza de niños” (Constantino Garrán, «Crónica de la peregrinación a Valvanera» en El siglo futuro, diario católico, miércoles, 8 de octubre de 1889).
Quedan fotos de las danzas de niños en San Millán de la Cogolla pues perduraron hasta bien entrado el siglo XX. También llegaron las danzas de niños al siglo XX en Bobadilla y Laguardia, en La Rioja Alavesa.
Bibliografía:
- José Antonio Quijera Pérez, Danzas tradicionales de La Rioja, I.E.R., Logroño, 1992.
- Juan José Saezmiera Uyarra, Estampas Calceatenses, Imprenta Moderna, Santo Domingo de la Calzada, 1978.
- Padre Martín Brugarola, “Tradiciones populares de Santo Domingo de la Calzada” en Revista de dialectología y tradiciones populares, tomo VI, 1950, páginas 640-649.