Título: La procesión de La Rueda II |
Nadie mejor que un autor local para explicarnos el desarrollo de la procesión de La Rueda, Juan José Saezmiera Uyarra, fallecido en 1989, nos dejó varias publicaciones sobre la historia y el costumbrismo de Santo Domingo de La Calzada:
«Cuando la tarde se hace ciudadana y da tiempo para que el pueblo salga a las calles y los forasteros asomen su curiosidad al programa, otra procesión cívico-religiosa, denominada La Rueda, llegará a la catedral procedente del templo herreriano de San Francisco. Procesión que simboliza y recuerda un milagro y tiene cita para la aglomeración. Este desfile nos hablará del peregrino atropellado y muerto por la rueda de un carro cuando dormía en una cuneta del camino por donde venían los carros cargados de enormes piedras para la construcción del Puente. Peregrino vuelto a la vida por la intercesión de Domingo de la Calzada y su discípulo Juan de Ortega.
Cuando la rueda, magistralmente adornada con ramaje verde, frutos y obleas grandiosas, transportada a hombros de hombres llegue a la Plaza del Santo, frente a la catedral, será saludada por el concejal síndico con el estandarte de la ciudad. Continuará el cortejo hasta la vieja y primitiva puerta de entrada al templo catedralicio y bajo el denominado arco del Cristo; los portadores de la rueda, antes de penetrar en el templo, ‘bailarán’ la rueda en un acto en el que acaso haya un poco de exageración en el baile ya que de la rueda se desprenden adornos por el fuerte ajetreo. ¿No podría evitarse ese baile?
Dentro de la iglesia se mantiene una costumbre en recuerdo de que el Marqués de Ciriñuela dio una limosna para la capilla de Santa Teresa en el año 1769: se le entregan dos velas a un representante del conde de Sirat. La rueda se cuelga en la nave a medio camino del sepulcro y de la hornacina del gallo y la gallina y quedará allí como lámpara votiva hasta después de las fiestas patronales.»
(Juan José Saezmiera Uyarra, Santo Domingo de la Calzada. Villas y ciudades riojalteñas, Caja de Ahorros de La Rioja, Logroño, 1988, página 75).
La danza acompaña a la rueda durante toda la procesión. Una de las tonadas de este pasacalles es muy conocida por todos los calceatenses y la entonan con ánimo festivo:
Iremos a casa el Priora que nos dé de beberen aquella jarrica blanca,¡que rica nos hai saber!
- José Gonzalez Texada, Historia de Santo Domingo de La Calzada, Abraham de La Rioja, Madrid, 1702, folio 134-135; ed. facsímil de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, Logroño, 1985.
- Juan José Saezmiera Uyarra, Estampas Calceatenses, Imprenta Moderna, Santo Domingo de la Calzada, 1978.
- Padre Martín Brugarola, “Tradiciones populares de Santo Domingo de la Calzada” en Revista de dialectología y tradiciones populares, tomo VI, 1950, páginas 640-649.