Título: La infanticida |
En la provincia de Burgos hay una pequeña aldea
habitaba un comerciante que vende y fabrica seda.
Tiene la mujer más bella más vale que fuera fea
tiene un hijo de siete años la cosa más picotera
todo lo que pasa en casa a su papa se lo cuenta
su padre por más quererle en la rodilla le sienta.
–Cuenta, hijo de papá, en esta casa quién entra.
–Entra un señor alférez que con mi mamá se besa
se dan besitos y abrazos y en la cama se la lleva.
–Mira esposa, mira esposa, mira lo que el niño cuenta.
–No llegarás a creer lo que ese pícaro cuenta–.
Ya se marchó su papá a vender o comprar sedas
y entre tanto la malvada en un cuartito se encierra.
–Ven aquí, hijo de mi vida, que te parto la cabeza–.
Vivo le sacó los ojos muerto le arrancó la lengua
ya ha venido su papá de vender y comprar sedas.
–Vente, vente, maridito, que te tengo rica cena
pasteles y pastelitos y lengüita de ternera.
–No me bajo del caballo hasta que nuestro hijo vuelva.
–Nuestro hijo no está en casa que está en casa de la abuela
y ha mandado recado que esta noche allí se queda–.
Se pusieron a cenar con rico mantel y mesa
y a la primer tajadita salió una voz con sorpresa:
–Padre, si es usted mi padre, no coma usted de su sangre
quien de su sangre comiere no hay un Dios que lo creyere.
–Bajar, demonios, bajar, bajar por la chimenea–.
Bajan uno, bajan dos, bajan hasta media (d)ocena
ha bajado el diablo cojo y se la ha llevado entera
unos decían allá va otros decían que venga
otros decían allá va la caldera pa meterla.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.