Título: La boda estorbada XIII |
Ya se declaran las guerras por la tierra y por el mar
y al conde Sol lo nombraron por capitán general.
La condesa como niña no hacía más que llorar.
-¿Cuántos días, cuántos meses piensas estar por allá?
-Deja los meses, condesa por años puedes contar
si a los cinco años no vuelvo viudita te pues llamar-.
Un día estando comiendo su padre le empieza a hablar:
príncipes, condes, te piden hija te debes casar.
-No lo quiera Dios del cielo que yo me vuelva a casar
deme licencia, buen padre, para írmelo yo a buscar.
-Mi licencia tienes dada mi bendición además
coge el bordón en la mano y vete a peregrinar-.
Quitóse medias de seda púsose otras de lana
quitóse un verde traje que valía una medalla.
Cansada va la romera cansada de tanto andar
llega al monte y ve un valle y un castillo vio asomar
y más allá un vaquerito que las vacas va a guardar.
-Vaquerito, vaquerito por la santa trinidad
¿de quién es aquel castillo que yo veo asomar?
-Del conde Sol, que es mi amo sus vacas voy a guardar.
-Si el conde Sol es tu amo ¿cómo vino por acá?
-De la guerra vino rico mañana se va a casar.
-Vaquerito, vaquerito por la santa trinidad
¿cuál es el camino más corto para yo poder llegar?-.
Ya ha llegado la romera ya a su puerta fue a llamar:
-Buenos días tengas, conde, creo me conocerás-.
El conde Sol, desmayado se ha caído hacia atrás.
Ni con agua ni con vino el conde Sol vuelve ya
sino con palabras dulces que la romera le da.
Ha bajao la otra condesa le ha empezado a insultar
levantándose el conde de esta manera empieza a hablar:
-No le insultéis ninguno que es mi mujer natural
con ella vuelvo a mi tierra adiós, señores, quedad
que los amores primeros no se pueden olvidar
y los amores segundos viuditos suelen quedar.
Quédese con Dios la novia vestidita y sin casar
que los amores primeros no se pueden olvidar
y los amores segundos viuditos suelen quedar.
Es posible que esta versión haya venido del sur, quizás de Madrid, tal como sugiere la informante al final del romance, sin embargo la tonadilla es reconocible en otros romances y canciones de la comarca por lo que dejamos abiertas las dos posibilidades e, incluso, una tercera, que el texto provenga del sur y se halla adaptado a una melodía conocida en la sierra riojana.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero de la sierra riojana, edición del autor, Logroño, 1999.