Título: La bastarda y el segador VII |
El conde de Romanones tenía una hija muy guapa,
él decía que ha de ser monja y ella que ha de ser casada.
Pasaron tres segadores y el del medio le gustaba.
–Oiga usted, buen segador, ¿quiere segar mi cebada?
–Oiga usted, buena señora, ¿dónde tiene su cebada?
–Ni está en alto ni está en bajo ni tampoco en tierra extraña
la tengo en un mojoncito debajito de mis bragas.
–Si en tan buen sitio la tiene se la segaré de balde.
–No quiero que me la siegue porque la tengo mojada–.
La pepona, la peluda, ella sola se lo esquilaba
se pegó un tijeretazo se llevó media castaña.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.