Título: Juego del lobo |
Ya viene el lobo
por la montaña
tirando coces
con una caña.
Pan no tenemos,
vino tampoco,
¿qué le daremos?
¡Coces al lobo!
Es este juego un curioso entretenimiento infantil. En una tierra de pobres recursos, reducidos en gran parte a la ganadería y bajo el temor de las alimañas, resulta paradójico que se mente al lobo en sus juegos. Hay en ello algo de catarsis colectiva, una venganza soterrada para golpear y castigar al lobo. No es un hecho aislado. Azaña, renombrado pastor de Rabanera de Cameros aunque con raíces cercanas a Valdemoro de San Pedro, nos dejó escrito en sus sustanciosas memorias un juego de lobos y ovejas:
Un juego típico de los niños de Rabanera era el conocido con el nombre de la red, varios hacían de ovejas, en dos bandos, y uno de ellos de lobo, en medio de ambos grupos. Cantaban de esta manera:
«Estaba un día el lobo alrededor de la red por ver si podía coger alguna res. Ovejas indefensas a ver, a ver, a ver cuál es la desgraciada que se deja coger.»
(Demetrio Pérez Laya, Memorias de un pastor riojano, Cajarioja, Logroño, 1985, páginas 133-134).