Riojarchivo

 

Título: Jotas de trilla I
Clasificación: Cancionero
Localidad: Lagunilla de Jubera
Informante: Luis Sáenz Iñiguez (22-8-1905)
Recopilador: Manuel, se desconocen más datos
Lugar y fecha de recogida: En Lagunilla hacia 1990

 
Jotas y seguidillas que el informante cantaba durante las faenas de la trilla del cereal. En la grabación se escuchan continuas exclamaciones de ánimo a los trilladores y torneadores de la parva.

Para cantar bien la jota
es necesario tener
la bota llena de vino
y al lado una mujer.

Salgan las mozas al baile
salgan si han de salir luego
porque traigo los cantares
en la copa del sombrero.

Bailad, mocitas, bailad,
romped medias y zapatos,
que el día que os caséis
no os faltarán trabajos,
ni palos en las costillas
ni en las sayas pirindajos.

A la sierra he de subir
y aunque me hiele de frío
a ver si puedo bajar
una serrana comigo.

Como sabes que te quiero
cómo te haces de rogar
como he sabido quererte
también te sabré olvidar.

Te acuerdas cuando me dabas
las tetas por la gatera
y tu madre que lo supo
de rabia mató a la perra.

Tu madre tuvo la culpa
por dejar la puerta abierta,
yo por meterme dentro
y tú por estarte quieta.

Una niña de quince años
a su madre le pregunta
qué es lo que tienen los hombres
que a las mujeres les gusta.

Con una bota de vino,
la guitarra bien templada
no le temería yo
a una libra carne asada.

Y el señor cura me dice
que no lo dejo dormir
dentro de su casa está
la que no me deja a mí.

Señor cura, suba, suba,
que en mi casa hay un fracaso,
que se ha caído mi padre
y está mi madre debajo.

Cuando una mujer no quiere
darle gusto a su marido
qué mala cara le pone,
qué morro tan retorcido.

Por un besito ni dos
ni tres ni cuatro ni ciento,
la mujer no pierde
y el hombre se va contento.

Una mujer fue la causa
de mi perdición primera,
no hay perdición en el mundo
que por mujeres no venga.

¡Aire, aire, que trillo, morena!, ¡me cagüen la pared!

Que me pica el trilurí,
madre mía, cáseme,
hija mía, aguántate,
que antes me ha picado a mí.

Cuando por tu puerta paso
saco pan y voy comiendo,
pa que no digan tus padres
que con verte me mantengo.

El señor cura no baila
y es porque lleva la corona,
señor cura, baile usted
que Dios todo lo perdona.

Mi novia tiene otro novio
que es mejor mozo que yo,
mejor mozo sí será
pero más borracho no.

Y a tu padre le llaman
el rey de copas
y tu madre el caballo
y a ti la sota.

Y a tu madre le meto
y a ti te saco
las perras del bolsillo
para tabaco.

Y una vez en la escalera
y otra en el escalerón
y otra vez en el rellano,
dime cuántas veces son.

Yo se lo pedí a mi novia
que venía de lavar
y ella me dijo picaro,
qué fresco lo quies pillar.

Cuántas veces estarás
de rodillas en la cama
y por miedo a tus padres
no sales a la ventana.

Yo venía de segar
y estabas en la ventana
y me hicistes una seña,
que estabas sola y que entrara.

Por una triste peseta
te vas por los olivares
te dejas tocar las tetas,
lo demás tú te lo sabes.

Más vale una serranita
con sus abarcas y piales
que todas las de La Rioja
con los buenos delantales.

Mil puñaladas merece
la mujer que no lo da
cuando un hombre se lo pide,
ya tendrá necesidad.

Señora del balcón
se meta usted más adentro,
que hace pecar a los hombres
y en el sexto mandamiento.

A tu puerta llaman puerta
y tu ventana ventana,
y a tu madre jardinera
y a ti rosita temprana.

El fandango malagueño
una mujer lo sacó,
como es cosa de mujeres
a los hombres nos gustó.

A tu puerta hemos llegado
cuatrocientos de cuadrilla,
si quieres que te cantemos
baja cuatrocientas sillas.

Por los montes de Orduña
bajan mis machos,
cargaditos de vino
pa los borrachos.

Con lo que tienen los hombres
escondido en la bragueta
le salen a las mujeres
y echan por las tetas.

Comparo yo a las mujeres
al pantalón de los hombres,
en llegando a cierto tiempo
por la entrepierna se rompen.

Las mujeres y el tocino,
la misma comparación,
porque tienen la sustancia
entre jamón y jamón.

A quién te compararé
si no tienes comparanza,
te compararé a mi burra
que tiene la tripa blanca.

Las tejas de tu tejado
no quieren bajar a abrir,
baja tú, rosa de mayo,
cogida en el mes de abril.

Me dijiste luego bajo
y te echastes a dormir,
me tuviste toa la noche
a oscuras y sin candil.

Las mujeres son el diablo
tentadas del enemigo,
que le estiran a los hombres
lo que tienen encogido.

Si canto me llaman loco
y si no canto cobarde,
si tomo vino borracho,
si no bebo miserable.

La rosita en el rosal
si no la cogen se pasa,
tú también te has de pasar
si tus padres no te casan.

Aire, que me lleva el aire,
aire, que el aire me lleva,
aire, que me lleva el aire,
el aire de una morena.

Vete, cochina, a la mierda,
que me cago en tu salero,
que otras mejores que tú
me lo dan y no lo quiero.

Un aragonés pequeño
le dijo a un navarro grande,
por la leche que mamé,
he de beber de tu sangre.

No he visto gente más bruta
que un malvado aragonés,
que con la cabeza hincaba
los clavos en la pared.

Aragonés soy, señores,
yo mi patria no la niego,
más vale un aragonés
que veinticuatro gallegos.

Arrincónamela
y échamela a un rincón,
si es soltera la quiero
si es viudita mejor.

Al amanecer canta la perdiz
y el macho que la oye
le contesta así
y otra cosa igual
me sucede a mí
con la sobrinita
del cura de aquí,
ella me mira, me mira
y yo la miro, la miro,
ella no me dice nada
y yo tampoco le digo.

¡Ay, qué sangre tan divina
que tenemos los riojanos!,
navarros y aragoneses
nos queremos como hermanos.

Pajarito, tú que tienes,
junto a su ventana el nido,
anda y dile a mi morena
que la quiero y no la olvido.

Más vale la sal y el garbo
que tienen algunas mozas
que las viñas y olivares
que tienen los padres de otras.

Por vida del otro Dios,
en el cielo no hay gobierno,
San Juan tenía una novia
y se la quitó San Pedro.

Asómate a la ventana,
a esa que cae a las eras,
y verás a los borrachos
que suben de las bodegas.

Quítate de la ventana
si no quieres que te meta
cuarta y media que me puso
Jesucristo en la bragueta.

Quítate de esa ventana,
no me seas ventanera,
que la cuba de buen vino
no necesita montera.

Aquella morena, madre,
que vive junto a las eras,
no he visto mujer más puta
debajo de las estrellas,
yo se lo pedí de chanzas
y ella me lo dio de veras.

Bendita sea la madre
que te parió molinera,
ni te pega el sol ni el aire
ni te mojas aunque llueva.

Yo no sé cavar ni arar
ni tampoco segar hierba,
la que se case conmigo
buena epidemia se lleva.

Esta noche ha de nevar,
que lleva cerco la luna,
esta noche ha de nevar
en la entrepierna de alguna.

Si me quieres dímelo
y si no di que me vaya,
no me tengas al sereno
que no soy cántaro de agua.

A los balcones del culo
se asoma la misma mierda
y no quiere caer al suelo
por no mancharse de tierra.

¡Aire, aire, que trillo, me cagüen la parió!

El primer polvo que eché
se lo eché a una molinera,
como era la primer vez,
todo se lo eché por fuera.

Que te tumbo, niña, que te tumbo,
que te tumbo, que te tumbaré,
y me dice la gran puñetera
no me tumbes que yo me echaré.

Aquel que me lo rompió,
qué bien me hizo la puñeta,
que me se llevó la llave,
me dejó la puerta abierta.

Tengo pena si te veo
y si no te veo doble,
no tengo mayor consuelo
que cuando almientan tu nombre.

En la esquina de la plaza
hay una piedra redonda
donde pican el tabaco
los mozos que van de ronda.

La noche clara y serena
es buena para rondar,
para los enamorados
es buena la oscuridad.

Una vieja en un corral
se lo miraba y decía,
ya te vas quedando calvo,
ganareales de mi vida.

La moza que cuando mee
y en el suelo no haga un hoyo
o le falta el muelle real
o no tiene cresta el pollo.

Metí leña en tu corral
pensando que me querías
y ahora que no me quieres
dame la leña que es mía.

Desde la calle te vi
que estabas fregando un plato,
les dije a mis compañeros
esa chica me conviene.

Una vieja más que vieja,
más vieja que San Antón,
me dijo que si quería
darle fuego a su cañón.

Una puta me lo dio
y otra me lo estaba dando
y otra me estaba diciendo
yo tengo mejor fandango.

Vamos a la cama, mozos,
que las estrellas van altas,
y vendrá el amanecer
descubriendo nuestras faltas.

La hija de la tabernera,
por polidita que sea,
no dejará de mojarse
los pelillos cuando mea.

Me han dicho que bien te pones,
me han dicho que bien te amañas,
también me han dicho que tienes
en el culo talarañas.

Tienes en la cara pecas
y en el carrillo colores
y en el bolsillo pesetas
y en el corazón amores.

Yo me enamoré de noche
y la luna me engañó,
otra vez que me enamore
ha de ser de día y con sol.

Ya no bailas, Encarnita,
como bailabas de moza,
señal de que te han metido
en el cuerpo alguna cosa.

Ya ti te digo, Victoria,
que menees esas patas,
que paice que estás bailando
en un montón de patatas.

Ya no me quiere mi novia
porque bebo mucho vino,
que se vaya a hacer puñetas,
¡tabernera, echa un cuartillo!
En todas las puertas canto
y en la tuya disimulo
pa que no digan tus padres
en la cuadrilla va el tuno.

Ya sé que estás en la cama,
ya sé que durmiendo no,
ya sé que estarás diciendo
ese que canta es mi amor.

Toda esta calle a lo largo
he sembrado de avellanas,
como no las he regado
todas me han salido vanas.

Cuando a mí me cayó quinto
estabas en el balcón
oyendo mi mala suerte,
prenda de mi corazón.

Si te pillara a ti sola
donde cantan las perdices,
ya te haría yo cumplir
la palabra que me diste.

La mujer que a su marido
y en la cama lo palmea,
es señal que tiene ganas
de meterse molinera.

La puñetera mi suegra
me dice que no trabajo
que se lo pregunte a su hija
cuando la pillo debajo.

Cuántas hay que de tu tiempo
llevan un chiquillo en brazos,
tú también lo llevarías
si de mi hubieas hecho caso.

Tú que eres molinerita
y te vives junto al río
dime si es macho o es hembra
este barbo que he cogido.

Aunque las viñas se sequen
y en La Rioja no haiga vino
para ti no ha de faltar,
resalada, el tempranillo.

Las mujeres cuando paren
se acuerdan de San Antón
y bien poquito se acuerdan
cuando están en la función.

La madre que tiene una hija
y la tiene sin casar
tiene una rosita en casa
sin tener ningún rosal.

Con una viuda me caso,
me dicen que no voy bien,
en camino pasajero
nadie se puede perder.

Virgen de la Soledad,
amparadnos con buen vino,
que nos vienen persiguiendo
buenas magras de tocino.

Mi madre me lo decía
y yo me lo imaginaba
que la mujer de mi hermano
había de ser mi cuñada.

Una chica de quince años
le dijo a otra de catorce,
ya podemos echar guarda
que se va cerrando el monte.

Todos los que cantan bien
tienen pelos en el culo
y yo como canto mal
no me ha salido ninguno.

En este mundo, señores,
el que tiene culo caga,
caga el rico, caga el pobre,
caga el obispo y el Papa.

De chavalas todas son
muy lindas por demás
y en llegando a ser casadas
hasta pierden el compás.

Y unos dicen que es mentira
y otros dicen que es verdad
yo digo que son ranas,
que las he oído cantar.

Mi mujer me dijo anoche
que no cenara patatas,
que me tenía guardado
un conejo entre las patas.

Morenita y ha de ser
la tierra para cebada
y la mujer para el hombre,
blanca, rubia y colorada.

Por puta, marrana y fea,
no te compré una camisa,
no sirve vestir a un fraile
para que otro diga misa.

Qué es aquello que reluce
en medio de los olivares,
los ojos de morena,
Santa Lucía los guarde.

¡Aire, aire, mecagüen diez que va a tronar, hay que hacer la parva!

En el mar corren las liebres
y en el monte las enguilas,
en el rastrojo los peces
se cogen con enganillas,
no os lo creáis que es mentira.

Si te pretende un soldado
quiérelo y no seas tonta,
que la flor de las mocitas
está metida en la tropa.

Me cagüen la pena negra,
en la era sin tocino,
en la cama sin mujer,
y en el pellejo sin vino.

Señor alcalde mayor,
castigue usted a los ladrones,
porque tiene usted una hija
que roba los corazones.

Creía que era yo solo
el que tu jardín regaba
y veo que somos muchos
los que recorremos l’agua.

El otro día vimos colgado
de una muchacha un pantalón
y nos dijimos qué habrá pasado,
será algún crimen, vaya manchón.

El cura y el sacristán
se pegaron mosquetazos
por ver cuál había de llevar
a la sobrinita en brazos.

Pequeñita, redondita,
como un grano de cebada,
lo que tienes de pequeña
lo tienes de resalada.

El pastor a la pastora
en el monte la dejó,
en aquel monte tan sola
no la dejaría yo.

Qué bien parece la nieve
en lo alto de aquel cerro,
la rosita en el rosal
y el perejil en el huerto.

Un segador fue a segar
con su hoz y su zoqueta
y pa merienda llevó
un chorizo en la bragueta.

Una moza fue a lavar
servilletas y manteles
y se le metió una rana
por el quítate y no enredes.

Las mocitas en el baile
se tocan el delantal,
se dicen unas a otras
por aquí nos han de dar.

Válgame Dios, qué serena,
es usted para bailar,
si para todo es así,
vaya una serenidad.

A mi novia le picó
una pulga en la rodilla,
ya le picaría yo
cuarta y media más arriba.

Los carreteritos, madre,
cuando van a la posada,
lo primero que preguntan
si es bonita la criada.

Dice que tienes, que tienes,
que tienes y que tenías,
animales en La Habana,
viñas en Andalucía.

Aunque me dieran tus padres
la mula y la yegua blanca,
no me he de casar contigo
porque eres preta de ancas.

Mi novia cuando va a misa
va delante de su madre,
parece un ramo de albahacas
que lo bambolea el aire.

Eres una y eres dos,
y eres tres y eres cuarenta,
y eres la iglesia mayor
donde todo el mundo entra.

Como los corderitos
son las mujeres
cuanto más leche maman
más leche quieren.

La noche es para rondar,
para descansar el día,
le pego un tiro al trabajo,
viva la holgazanería.

Vivan los cabellos rubios,
vivan los rubios rubiales,
vivan los de mi morena
que son rubios naturales.

Asómate a la ventana
y saca el culo pa fuera
si quieres que te lo esquile
aquí traigo las tijeras.

El curica de mi pueblo
es un poco escrupuloso
que no quiere confesar
a las del pelo canoso.

Es una puñetería
lo que a los hombres nos pasa,
llevamos la llave al campo,
dejamos abierto en casa.

De una cuarta y algo más
todos los hombres la llevan
y para mejor señal
los cascabeles les cuelgan..

Encima de tu tejado
está la luna parada
que no la deja pasar
la hermosura de tu cara.

Arrímate bailador,
arrímate que no pecas,
que el que baila y no se arrima
es comer el pan a secas.

Me decías de soltera
que eras buena cocinera
y no sabes más que huevos
puestos de cualquier manera.

La mujer cuando se casa
como el que empieza un jamón
que al principio todo es magra,
luego queda el zancarrón.

A la mujer no le digas
cuándo se ha de enamorar,
se enamora cuando quiere,
cuando quiere de verdad.

Las mocitas de mi pueblo
todas tienen mal color
porque se meten el dedo
por el do re mi fa sol.

El cura le dice al ama
que se acueste por los pies
y ella, la puñetera,
todo se lo hace al revés.

De pequeñita en la cuna
te criabas para mí
y yo para ser tu amante
desde la hora en que nací.

Manuela si quies venir
a coger alubias verdes
ya te acacharé las ramas,
salada, si tú no puedes.

Blanca, quien te puso Blanca,
y qué mal te puso el nombre
pues te debiera haber puesto
la perdición de los hombres.

A la mujer de la vida
no la trates con desdén
que antes de ser de la vida
ha sido mujer de bien.

Yo tengo una tía en Francia
que se llama Margarita
cuando se la meten calla
cuando se la sacan grita.

Y si no se le quitan bailando
los colores a la molinera,
y si no se le quitan bailando,
déjala que se joda y se muera.

Tres hermanas son
las que son así,
la una está preñada,
la otra va a parir,
la otra está en la cama
con el bombo así.

Las mujeres no son nadie
si no fuera por aquello
y aquello de entre las piernas
que se llama Timoteo.

Una mujer tripa arriba
y un hombre tripa al revés
no sé qué cojones hacen,
mucho menean los pies.

Y ole con ole y más ole,
como cantan en San Lucas,
el que jode a una mañica
hasta los dedos se chupa.

Debajo del delantal
llevas el infierno entero,
déjame meter la mano,
aunque me abrase los dedos.

Un estudiante a una niña
en un portal la metió,
no pudo llamar a gente
de la risa que le dio.

Una vez que fui minero
en tu mina trabajé,
otro trabajó primero
que yo abierta la encontré.

En qué estimación lo tienes,
resalada, tu salero,
que lo llevas bocabajo
y siempre mirando al suelo.

Tengo un ramo de claveles
que me lo dio un sevillano,
qué bonito y qué bien huele,
por la mañana temprano.

El cura que me casó
debía de estar borracho
porque me preguntó a mí
si era hembra o era macho.

Al curita de mi pueblo
se le rompió la sotana
por correr detrás de una moza
el lunes por la mañana.

Estudiante quise ser
y se me quitó la gana,
me parecía el estudio
estar contigo en la cama.

Eres una resalada
que cuando vas al mercado
todo te cuesta dinero
y dicen que te lo han dado.

Cuando yo era pequeñito
me meaba en la cocina,
mi abuela con las tenazas
me estiraba la pichina.

Casadita, sienta el pie,
mira que ya no eres niña,
la polla que pone un huevo
ya no es polla que es gallina.

Tengo gana que te cases
y te rompan el salero
y te saquen las entrañas
de ese cuerpo sandunguero.

El primer amor que tuve
se me llevó el corazón,
no hay amor como el primero
que se lleva lo mejor.

Con esta no canto más,
voy a cerrar mis papeles,
ya me pueden perdonar
hombres, niños y mujeres.

Desgraciados de los ricos
que de los pobres protestan,
el día que no haya pobres
se acabaron las grandezas.

Aunque soy labrador joven
a nadie le tengo envidia
a echar un surco derecho
en el jardín de una niña.

Aunque tú no me has querido,
pimpollo de la ribera,
aunque tú no me has querido,
no ha de faltar quien me quiera.

Después de tanto quererte
es lo que más sentiría,
que te casaras con otro
y te diera mala vida.