Título: Jesucristo y el incrédulo III |
Jesucristo iba de caza por aquellos montes de arriba,
los galgos iban cansados, la caza no aparecía.
Se encontró un hombre muy viejo lleno de melancolía,
preguntó si había Dios, respondió que Dios no había.
–¡Mire, hombre, que se engaña, que hay Dios y Santa María!–.
A la mañana siguiente la muerte a su casa iba.
–Detente, maldita muerte, detente siquiera un día.
–No me puedo detener que Dios del cielo me envía
para matar a aquel hombre que dijo que Dios no había–.
Publicado en:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.