Título: Gerineldo V |
Gerineldo, Gerineldo, Gerineldo, Gerineldo,
Gerineldo, Gerineldo, Gerineldito pulido,
¡ay, quién pudiera esta noche dormir tres horas contigo!
Como soy vuestro criado burlar os queréis conmigo.
–No, Gerineldito, no, que a de veras te lo digo.
–¿Y a qué hora queréis que venga a cumplir lo prometido?
–Hacia la una o las dos cuando el rey esté dormido–.
Hacia la una o las dos dio el caballo un relinchido.
–O me están privando a la hija o me roban el castillo–.
Se levanta el rey padre y al cuarto la hija se ha ido
y allí encuentra a Gerineldo, allí con su hija dormido.
–No te mato, Gerineldo, ni te pego, hija mía,
aquí se queda mi espada pa que sirva de testigo–.
–¿Qué te pasa, Gerineldo, que vienes descolorido.
–Vengo de ver un rosal que esta noche ha florecido,
con el olor de las rosas el color se me habrá ido.
–No me mientas, Gerineldo, lo que mis ojos han visto,
antes erais mi criado y ahora seráis yerno mío–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2009.