Riojarchivo

 

Título: El tocino de las almorranas II
Clasificación: Cuentos
Localidad: Villavelayo
Informante: Marino Herrero Ballesteros (18-6-1930)
Recopilador: Javier Asensio García
Catalogación: Aarne-Thompson 1578A*, La taza para beber
Lugar y fecha de recogida: Logroño, 23 de mayo de 2002

 

Llegaron unos estudiantes a una casa, iban de viaje y llegaron a una casa, y pidieron
posada allí y estaban de matanza. Y les dieron posada. La cosa que estaban haciendo morcillas las mujeres. Ya sabes cómo eran las morcilleras antes, empujaban con un palo un émbolo y salía el mondongo por abajo y llenaban las morcillas. La cosa que había una vieja empujando el palo y le estaba cayendo la moquila, y un estudiante le dice al otro:

–¿Vas a comer tú a la noche de eso?

Y el estudiante le dice:

–Según donde caiga.

Y la moquila le cayó justamente en el agujero de las morcillas. La cosa que tomó tal asco que no cenó y el otro se puso de morcilla morao. La cosa que se meten a la cama y el otro roncaba que ya estaría bien dormido y el otro ¡un hambre y un hambre! La cosa que a eso de las dos de la mañana no podía aguantar y se levantó a ver si se encontraba algo pa comer. La cosa es que entra y empieza buscando pallá, por la cocina y tal, agarró un cacho tocino y se lo comió, se lo comió ¡más bien!, y se fue a la cama. Por la mañana se levantan, cuando estaban en la cocina despidiéndose, cuando la vieja aquella que se le había caído la moquila va y dice:

–¡Por Dios! ¿Habéis visto por ahí el cacho tocino que tenía yo pa untarme las almorranas?

Y se lo había comido el estudiante. Por escrupuloso no quiso comer morcilla y luego se comió el tocino de la vieja que tenía para suavizarse las almorranas.

Publicado en:

  • Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.