Título: El rapto de Santa Elena III |
Estaba una niña bordando corbatas
pasó un caballero pidiendo posada.
–Si mis padres quieren, yo, de buena gana–.
Quisieron sus padres, le dieron posada,
pusieron la cama nel rincón de la sala
con sábana de hilo y pico de holanda,
pusieron la mesa en mitad de la sala
con cucharas de oro tenedor de plata.
A la media noche él se levantó,
de tres hermanas que eran, la más guapa cogió,
la montó a caballo y se la llevó
y allá en medio el monte allá le preguntó:
–Dime, niña hermosa, dime cómo te llamas,
en mi casa Elena y aquí desgraciada–.
Sacó el puñal de oro y allá la mató
y a los nueve meses por allá pasó
y había un pastor que le preguntó:
–¿Quién ha hecho esta tumba que aquí se tumbó?
–Ha sido santa Elena que aquí se murió–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
- José Pérez Vidal, «Santa Irene. Contribución al estudio de un romance tradicional» en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, nº 4, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1948, páginas 518-569.