Título: El Niño Dios pidiendo II |
El comentario final del informante es realmente curioso: este romance navideño era utilizado como nana para dormir a los niños. En realidad es bastante coherente: la tonada tiene la lenta cadencia del canto de las nanas y la letra, además, nos habla de un niño que va a acostarse, el Niño Dios.
–El Niño de Dios se ha perdido por el mundo y no aparece
vamos a orillas del mar que estará pescando peceses–.
Peces pesca el Niño, florido y hermoso,
y el que los cogiese será muy dichoso.
El Niño de Dios se ha perdido por el mundo anda pidiendo
a casa de un rico ha ido y de allá salió diciendo:
–No me dan limosna, me azuzan los perros,
cómo no castiga Dios a estos soberbios–.
De allá salió y se fue a la casa de un pobrete
y en la mano le pusieron un hermosismo rosquete.
Al otro día siguiente el Niño estaba en la puerta
con dos fanegas de trigo y en la mano una peseta.
–Tenga usted la paga
que le ofrecí anoche de aquí hasta mañana–.
–Madre en la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello,
sin duda que tiene frío, está desnudito en cueros.
–Anda, dile que entre, se calentará
porque en esta tierra ya no hay caridad–.
Entró el Niño y se sentó y calentándose estaba
[…] –Anda, hazle la cama, niña, en la alcoba y con primor.
–En la alcoba, no, señora, que mi cama es un rincón,
desde que nací
hasta que en cruz muera ha de ser así–.
Al otro día siguiente el Niño se levantó
y le dijo a la patrona que se quedara con Dios.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
- Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.