Título: El metro de vino |
Los mozos de Villarroya se acercaban a la cantina del pueblo y como preámbulo a una noche de juerga pedían «un metro de vino». El metro consistía en poner tantos vasos de vino sobre el mostrador de la cantina como mozos hubiera, todos llenos menos uno. A uno de los mozos le tapaban los ojos para que repartiera los vasos a ciegas. La gracia del asunto era ver a quién le tocaba el vaso vacío y se quedaba sin beber.
La costumbre de pedir «un metro de vino» volvió a aparecer entre la juventud de hace pocos años en los céntricos bares de Logroño y de otras ciudades riojanas.