Título: El martirio de Santa Bárbara |
Bárbara divina y santa que con palmas de martirio
estás con Cristo y su madre triunfando en el cielo impío (empíreo),
lo que Cristo predicaba creéis con grande amor,
la Virgen, su pureza, la santa Encarnación.
Tu padre, rico y ray, en un castillo te encierra,
colgándote de los pies con grande ira y soberbia.
Al siguiente día mandó su padre que por el pueblo la arrastraran
con un mundarón de hondo y su cuerpo sepultaran.
Al tercer día fueron a sentenciar la sentencia,
la encontraron tan agradable y risueña.
-¿Quién te ha cuidado tus males y vida nueva te ha dado?
Responde: -Cristo y su madre, que ellos al punto llegaron,
me curaron mis males y buena vida me han dado-.
Con un alfange a su hija su cuerpo hizo pedazos:
-Ahora a ver si te libra ese Dios, profeta falso-.
Dios, que miraba esa injuria, arrojó un rayo encendido
que sepultó cuerpo y alma a su padre a los abismos.
Ahora, Bárbara divinisanta, que por tu muerte y tu martirio
ruega a Dios a los devotos que te tienen prometido
de rayos y centellas que es morir sin confesión,
ruega a Dios a los devotos que te tienen devoción.
Y ahora, Bárbara divinisanta, ruega a Cristo nuestro bien.
Bibliografía:
- José Manuel Fraile Gil, Conjuros y plegarias de tradición oral, Compañía Literaria, Madrid, 2001.