Riojarchivo

 

Título: El guapo Luis Ortiz
Clasificación: Romancero
Localidad: Foncea
Informante: Flora Martínez Orive (17-12-1934)
Recopiladores: Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana
Lugar y fecha de recogida: Foncea, 17 de julio de 2015
Catalogación: IGRH 0766
CONT: 0101, No me entierren en sagrado; 0118, Grifos Lombardo; 0284, El toro negro y el hijo maldecido por su padre.

 

Alcaldes y regidores     que la vara habéis tomado
ahí tenéis a Luis Ortiz     mozo valiente y gallardo.
Un día estando cenando     su padre le está mirando
–¿Qué me miras, padre mío,     que tanto me estás mirando?
–¡Qué te tengo decir, hijo,     que me pesan ya los años!
Has hecho trenta y tres muertes     de todas te voy librando
y ahora me viene la nueva     que has herido a venticuatro.
–Padre, si los he herido     seña es que me han agraviado–.
–Toma, hijo, cien escudos     métete fraile bernardo.
–¿Y qué hago con cien escudos     si no tengo pa zapatos?
–Toma, hijo, ciento veinte,     de los pocos que han quedado–.
El hijo, que no era tonto,     los dineros ha tomado
al pasar por una espadería     espada y sable ha comprado
y un puñal barcelonés     para llevarle en la mano.
Al subir la calle arriba     al bajar la calle abajo
al pasar por una esquina     se ha encontrado con un majo
se han tratado de palabras     de puñaladas se han dado.
Eso que ha oído su padre     ha mandadito echar bando
que el que coja a Luis Ortiz     él le dará cien ducados.
Ya le cogen entre dos     ya le llevan entre cuatro
y para mayor dolor     pasan por casa su hermano.
Su hermano estaba comiendo,     ¡qué bocado tan amargo!
El pan le ha echado a los perros     la carne le echa a los gatos
dio un puntapié a la mesa     la ha tirado siete pasos.
Al bajar las escaleras,     una, dos, tres y cuatro
del primer brinco que dio     en la calle se ha plantado.
–Abran paso, caballeros,     que quiero hablar con mi hermano
dos palabras que tenemos     de cuando éramos muchachos.
Toma, hermano, este puñal     y defiéndete con garbo
si ahora ya no te defiendes     no te tengo por hermano–.
De un sopapo mató a tres     de una puñalada a cuatro
de un bofetón al verdugo     que en sangre quedó bañado.
A otro día de mañana     hacen toros en San Pablo.
–Salga ese torito negro–.     No es un toro que es un diablo
de la primera embestida     el collete le ha rasgado
de la segunda embestida     las tripas lleva en la mano.
Su padre le estaba viendo     de una ventana colgado.
–Más quisiera verte, hijo,     en una horca ahorcado
que no en las astas de un buey     que es morir desesperado.
–Calla, calla, viejastrón,     que ya me vas caducando
que me las tengo coser     con una lesna y un cabo
y me tengo de casar     con una de ventiún años.
Si la vista no me falla     desde aquí la estoy mirando
tiene los ojitos negros     y los labios colorados.
–Calla, calla, soldadisco,     soldadisco de a caballo
que si mi padre lo sabe     te darán más de cien palos–.
–Si en esta hora muriese     no me entierren en sagrado
me entierren en un prado verde     donde no falta el ganado.
Y allí ponen un letrero     y allí ponen un relato:
‘Aquí murió Luis Ortiz     aquí murió el desdichado
no murió por mal de amores     ni por punta de costado
murió en las astas de un toro     que es morir desesperado’–.

Bibliografía:

  • Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.