Título: El cura, el ama y las tenazas V |
Había amas de curas que eran unas auténticas señoras que solo atendían al sacerdote en los asuntos importantes. Para las faenas del hogar contrataban a una criada. En una ocasión el ama le recriminó a la criada que llegaba demasiado tarde a su labor, tanto que a ella misma le había dado tiempo de componer su propia cama. Era una forma de ocultar que la cama del ama no se deshacía. La madre de la criada sospechó que el cura y el ama se acostaban juntos y le dijo a su hija que pusiera una pajita debajo de la almohada del ama como prueba.
Es el mismo cuento que venimos llamando El cura, el ama y las tenazas, pero con otros protagonistas y otras pruebas.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.
- Antonio Lorenzo Vélez, Cuentos anticlericales de tradición oral, Ámbito, Valladolid, 1997.