Título: El cura, el ama y las tenazas III |
Uno de aquí que se llamaba Sergio, vivía allí en La Tapiada, pues tenía en Cabezón (de Cameros) un amigo cura, pero amigos de verdad, y siempre subía por áhi a comprar ganao, ovejas. Y una tarde que subió, pues claro, fue a para a casa del cura, lo más natural, comió con el cura, estuvieron hablando, y ya:
–Bueno, me voy a marchar, a tal sitio a comprar, que ya volveré aquí dentro de cuatro o cinco días, cuando sea.
Y marchó, y a los cuatro o cinco días volvió con el ganao. Y le dice la criada:
–¿Ha visto señor Sergio, que desde que estuvo usté aquí no aparecen las tenazas? ¿No se las habrá llevao?
–¡Pa qué las quiero yo!
Entonces la cogió a la criada y le dijo:
–Ven conmigo, te v(oy)a enseñar dónde están.
La llevó a la cama, descubrió la cama:
–Mira las tenazas dónde están. Si te hubieras acostao en tu cama la primera noche las hubieras encontrao, pero como has estao durmiendo con el cura, pues no has visto nada.
Publicado en:
- Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.
Bibliografía:
- Antonio Lorenzo Vélez, Cuentos anticlericales de tradición oral, Ámbito, Valladolid, 1997.