Título: El Conde Niño XI + La guardadora de un muerto |
Las versiones riojanas del romance de El Conde Niño suelen ser de gran nivel poético. En muchos casos aparecen contaminadas con otros romances que conjugan bien con él. En esta ocasión se nos presenta una joya del viejo romancero patrimonial hispano, tan solo son dos versos:
…lo ha tenido nueve meses metido en un balsamar
pa que no huela a difunto cuando lo vaya a besar…
que pertenecen al romance de La guardadora de un muerto, de difícil hallazgo en la tradición oral moderna.
Y está el hijo del buen conde y a la orillita del mar
mientras su caballo bebe él echa un rico cantar
y el rey que lo está escuchando de la cama donde está:
-Si durmieras, hija infanta, si durmieras, dispertar
a oír cantar la serena a la orillita del mar.
-No es la serenita, padre, que su amor me hace penar
que es el hijo del buen conde que vino y no volvió más.
-Si vino y no volvió más yo lo mandaré matar-.
Y al otro día siguiente el conde muerto está ya.
Lo ha tenido nueve meses metido en un balsamar
pa que no huela a difunto cuando lo vaya a besar
y un día por la mañana la infanta muerta está ya
y al otro día siguiente juntos los van a enterrar.
Ella como hija de rey la entierran junto a un altar
y él, como era hijo de conde, una tabla más atrás.
De ella salió una rosa y de él salió un gran rosal
y la reina por envidia las ha mandado cortar.
De ella salió una paloma y del salió un gavilán
y la reina por envidia las ha mandado matar
y de ella salió una ermita y de él salió un hospital
donde mancos y tullidos allá se van a curar.
Un día por la mañana la reina tullida está
y sus médicos le dicen que se vaya allí a curar.
-Por Dios le pido, buen conde, por Dios y por caridad
váyase de aquí la reina que no la puedo curar
que arbolitos que Dios cría los ha mandado cortar
y animales que Dios cría los ha mandado matar.
Bibliografía:
- Diego Catalán Menéndez Pidal, Por Campos del Romancero. Estudios sobre la Tradición Oral Moderna, Gredos, Madrid, 1970.