Título: El Conde Niño VII |
Marcelino fue a dar agua trumpuluntrun, Marcelino fue a dar agua trumpuluntrun, a la orillita del mar, a la orillita del mar,
mientras el caballo bebe, Marcelino echa un cantar.
-Mira hija, qué bien canta, la serenita del mar.
-Madre, no es la sirenita, ni tampoco el sirenal,
que es el Conde Marcelino que con él me he de casar.
-Hija, si supiera eso lo mandaría matar.
Don Felipe Abad León recogió en el año 1981 una versión de este romance en la misma localidad de Azofra. Los primeros versos son idénticos pero el romance lo recogió completo, no trunco como lo recuerda Encarna. He aquí los versos siguientes que publicó en su día don Felipe Abad:
Los criados de la reina seis puñaladas le dan,
otras seis a su caballo y lo han tirado a la mar.
Ya lo cogen entre cuatro ya lo llevan a enterrar
y al pasar por el palacio una voz se oye gritar:
-Antes de los nueve días a tu lado tengo estar.
Se pasaron uno y dos y la infanta triste está,
se pasaron tres y cuatro y la infanta mala está,
se pasaron cinco y seis y la infanta grave está,
se pasaron siete y ocho y la infanta muerta está.
Y a los nueve días justos ya la llevan a enterrar.
A ella, como hija de rey, la entierran en el altar,
como conde a Marcelino tres pasitos más atrás.
De ella sale un rosal blanco y de él un espino albar,
crece el uno, crece el otro, los dos crecen a la par.
Las ramitas que se alcanzan grandes abrazos se dan
y las que no lo consiguen no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia, fue y los mandó cortar,
el galán que los cortaba no cesaba de llorar.
De ella sale una paloma y de él un gran gavilán,
juntos vuelan por el cielo juntos vuelan par a par.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancerogeneral de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
- Felipe Abad León, Azofra. Historia viva de un pueblo riojano, Editorial Ochoa, Logroño, 1981.