Título: Don, don, testerón |
La época de la matanza era una fiesta familiar y vecinal. Los niños no estaban ajenos a la fiesta y en los bajos de las casas solía preparárseles un sencillo columpio. Así mientras los mayores se encargaban de acuchillar al cochino, de chomarrarlo, de limpiar los mondongos o preparar las morcillas, los niños se divertían con el vaivén del columpio. Y lo hacían cantando, siempre cantando con expresiones y paralelismos alusivos al ir y venir del columpio: Din don, salamón, vacas vienen de León… A la blinda, a la blanda, señor tilín tilanga, iba y venía a casa de su tía… Hay multitud de vernáculos para referirse a este columpio de las moragas riojanas. Algunas de estas voces particulares son ciertamente musicales: Blinda, dindón, zúnguele, chúnguele, chilingue. En Panzares era el dondón el arranque de la continua ida y vuelta de los mocetes en el aire:
Don don, testerón,
vacas vienen de León,
todas vienen con cencerro
menos las de mi señor.
Mi señor está en la cama
y le van a dar la unción,
la criada en la ventana
comiéndose una manzana,
el criado en el balcón
comiéndose un melocotón.
Referencias:
- José María Pastor Blanco, Tesoro léxico de las hablas riojanas, Universidad de La Rioja, Logroño, 2004.