Título: Cuando marzo tuerce el rabo VIII |
“Dicen que iba un invierno muy bueno y, claro, llegó el mes de enero, y llegó febrero ande estaba el pastor:
–¿Qué hay, compañero?
–¡Hola!
–¿Qué tal, buen invierno?
–Bueno, ¡mecagüendiez!, como vaya así, menudo invierno tiramos este invierno.
–Mira, te voy a hacel un trato –le dice febrero–, yo te voy a hacer bueno hasta el treinta y uno de marzo, pero me tienes que dar un cordero.
–Pues bueno, ¡mecá!, hecho.
–Hecho.
Claro, fue, llegó el trentauno de marzo y febrero se presentó al pastor:
–O(y)e, a pol cordero, que s’ha cumplido.
–¡Meca! –dice–, ahora ya vale, que estamos en abril, ahora ya te s’ha pasao la cosa, malo será que daquí palante no venga.
Y se debió presentar el vente de marzo y le dijo:
–Mira, con diez días que me queda de marzo
y otros diez que me preste mi hermano abril,
todas las pelletas de tus corderos van a venir aquí.
Empezó con hielos, y borrascas, y eso y así fue, todos los corderos creo que se jugó, ese cuento me suena, eso sí ha llegao a mis oídos”.
Publicado en el libro de Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.