Riojarchivo

 

Título: Coplas del ¡Ay, tachún!
Clasificación: Cancionero
Localidad: Lagunilla de Jubera
Informante: Regino Oliván Ruiz (9-4-1933)
Recopiladores: Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana
Lugar y fecha de recogida: Ventas Blancas, 29 de septiembre de 2016


Las coplas de cuatro versos más estribillo son muy versátiles. Son los protagonistas de la jota y de los aguinaldos pero también de otros cantos como estos que podríamos llamar de bodega donde la guasa y la picardía campan a sus anchas.

En este caso el estribillo es el de ¡Ay, tachún, parabá! En otros puede ser «Ay, chévere, chévere chá», «Chulalá», «Ole, ole, ole» y otros más.

Regino comienza con varias coplas disparatadas en la rima y el sentido, algo de lo que ya hemos hablado en otros artículos, preámbulo divertido que da paso a toda una serie de coplas del tipo «Debajo del delantal…», «Suba, señor cura, suba…», «Una vieja en un corral…», que dan mucho de sí en las farras de amigos.

¡Ay, tachún, ay, tachún, ay, tachún, parabá,
ay, tachún, ay, tachún, ay, tachún, parabá! (Estribillo).

Me subí al monte a por leña,
bajé una carga (de) tomates,
preparé una barbería,
principios quieren las cosas.

Si mi novia era de Huesca
y mi suegra de Teruel
con esto quiero deciros
que no eran del mismo pueblo.

Un fraile le pegó a otro
un palo en to los riñones,
si le pega más abajo
no le pega más arriba.

La noche en que me casé
saqué mi conejo al prado
y estuvo toda la noche
saliendo y entrando al cabo.

El curita de mi pueblo
es un poco escrupuloso,
que no quiere confesar
a las del pelo canoso.

Salga, señor cura, salga,
salga de la sacristía
que está la novia caliente
y se está quedando fría.

Suba, señor cura, suba,
que en mi casa hay un fracaso,
que el galopín de mi abuelo
tiene a mi abuela debajo.

Una mujer tripa arriba
y un hombre tripa al revés
no sé qué cosas harían,
mucho menean los pies.

Debajo del delantal
tienes un huerto, María,
si quieres que te lo labre
llévame a jornal un día.

Debajo del delantal
tienes un racimo de uva,
déjame meter la mano
a ver si ya está maduras.

Debajo del delantal
tienes al niño Jesús,
yo tengo aquí una velita
porque el niño quiere luz.

Debajo del delantal
tienes un pozo muy hondo
donde se cayó mi abuelo
con las alforjas al hombro.

Todas las mujeres tienen
un cuartito muy oscuro,
por eso Dios puso al hombre
una vela junto al culo.

Todas las mujeres tienen
en el ombligo una seta
y un poquito más abajo
donde ganan la peseta.

Debajo del delantal
tienes un gorrión con pelo,
yo tengo aquí una gorriona,
¿quieres que los achucemos?

Una vieja en un corral
se lo miraba y decía
cuántas veces habrá entrado
el cañón de artillería.

Otra vieja en un corral
se lo miraba y decía
este candil siendo joven
nunca le faltó torcida.

Otra vieja en un corral
estaba asando un carnero,
le saltó una chispa al culo
y mandó tocar a fuego.

Otra vieja en un corral
se lo miraba y decía
ya te vas quedando calvo,
sacacuartos de mi vida.

Una tarde de verano,
antes de ponerse el sol,
había una parejita
dividiendo en un balcón.
La novia era el dividendo
y el novio era el divisor
y a eso de los nueve meses
el cociente resultó
y la novia le decía:
–Mira que eso va muy mal,
que metes el uno adentro
los ceros dejas atrás–.

Bibliografía:

  • Alberto Vidal, Alegrías riojanas, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.