Título: Contra las nubes en los ojos |
Clemente, Pablo y Andrés, nube tienen todos tres,
Clemente en el monte estaba, la Virgen por allí pasaba.
–¿Qué tienes, Clemente, que te encuentro tan triste y tan doliente?
–Señora, tengo una nube
que si usted me la santiguara, la nube se me quitara–.
La Virgen se la santiguó diciéndole estas palabras:
–Yo te santiguo por nube, yo te bendigo por rosa
para que te se quite esta tan mala cosa–.
Y como la Virgen María parió en virginidad,
antes es nube como esto es verdad.
Viejísima oración y potente invocación a la Virgen María para quitar las nubes de los ojos. De nada serviría, tan solo de consuelo y de alivio pasajero pues la nube del ojo es una opacidad del cristalino producida por el envejecimiento de sus células, lo que hoy conocemos como cataratas. El único remedio a «tan mala cosa» pasa hoy en día por una operación quirúrgica.