Título: Casada de lejas tierras |
Una serranita de lejanas tierras
con el pelo barre con los ojos riega.
Ella se va a misa ella se gobierna
ella hace la cama ella se echa en ella
sólo su marido se acuesta con ella.
A la media noche dolores la dieran
dolores de parto que parir quisiera.
–Maridito mío si bien me quisieras
a la tuya madre a llamarla fueras–.
–Levántate, madre, del dulce dormir
que la bella rosa ya quiere parir
y la luz del día ya quiere venir.
–Si pare que para que para una niña
que reviente sangre por una costilla–.
–Pare, mujercita, por la Virgen Santa
mi madre no viene no la encuentro en casa.
–Maridito mío si bien me quisieras
a la tuya hermana a llamarla fueras–.
–Levántate, hermana, del dulce dormir
que la blanca rosa ya quiere parir.
–Si pare que para que para un varón
que reviente sangre por el corazón–.
–Pare, mujercita, por la Virgen pura
mi hermana no viene tiene calentura.
–Maridito mío si bien me quisieras
a la mía madre a llamarla fueras
aunque está muy lejos ella ya viniera–.
–Levántate, suegra, del dulce dormir
que la bella rosa ya quiere parir
y la luz del día ya quiere venir.
–Aguárdate, yerno, aguarda en la puerta
que coja pañales las ricas envueltas–.
Cogieron un coche y echaron a andar
y en medio (d)el camino oyeron tocar.
–Dinos, pastorcito, dinos la verdad
dinos por quién tocan en esta ciudad.
–Se ha muerto una joven de lejanas tierras
se ha muerto de parto por no haber partera
por malas cuñadas por peores suegras.
–No tengo más hijas y aunque las tuviera
no las casaría tan lejanas tierras–.
Publicado en el libro de Javier Asensio García, Romancero de la sierra riojana, edición del autor, Logroño, 1999.
También figura publicado en el libro de Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2009.