Título: Alboradas de Grañón |
El archivo municipal de Haro conserva datos antiguos sobre el canto callejero de madrugada. Corría el año 1461 cuando «se dieron a Juan Valiente, gaitero, cuatro fanegas de trigo por mandamiento del dicho concejo, porque tuviese cargo de tañer la gaita, así a las albadas como entre año, en que le hubieron de dar ocho fanegas de trigo».
En el año 1573 los mozos y mancebos -mozos comprometidos para la boda- de San Asensio contratan a Francisco de San Pedro para que toque la flauta junto con la caja o el tambor, según su elección, en las noches y alboradas festivas:
«En esta dicha villa y el dicho Francisco de San Pedro a de ser obligado de salir cada dia de fiesta que fuese llamado por los manzebos e por mas que andar con ellos por las dichas calles de esta villa y dar una buelta por donde le digeren aun que sea quando ayan de llamar vispera de fiesta de guardar e domingos e fiesta los dichos de la dicha villa guarden por boto y aya de salir asta las nueve horas de la noche y no después y por las mañanas los dichos dias de fiesta a las alboradas aya de salir llamandole cada uno de los dichos dias de fiesta que van dichos e declarados y si no saliere despues de que sea llamado y la alborada sea despues de las quatro y no antes dellas y si no saliere que tenga de pena quatro reales…»
(Archivo Histórico Provincial de La Rioja. Protocolos Notariales de Juan de Abalos. Legajo 3441. 18 de febrero de 1571.)
Curiosamente en Grañón se mantuvo esta costumbre, todavía recordada, con el mismo esquema descrito por el escribano del siglo XVI: los mozos salían a rondar por la noche -hasta las nueve- y a la alborada, después de las cuatro de la mañana. Se trataba de una costumbre de los meses de enero y febrero que también se ha mantenido hasta hace unas décadas en Villarta-Quintana.