Riojarchivo

 

Título: Los gaiteros de Villabuena
Clasificación: Ciclo festivo
Localidad: Brieva de Cameros
Informante: Juana Somalo Parra (27-12-1921)
Recopilador: José Antonio Martínez Porras, Chirri
Lugar y fecha de recogida: Alberite, 16 de agosto de 2015

 

Los gaiteros de Villabuena (Rioja Alavesa) acudían a tocar a las fiestas de Brieva de Cameros desde principios de siglo XX hasta 1934. En este año y de forma un poco casual apareció en el pueblo la banda de música de Arauzo de Miel (Burgos). El sonido de una orquesta de viento era más poderoso, festivo y evocador que el de la gaita y el gusto del pueblo se decantó por esta formación musical moderna. Para el año siguiente se reservó una partida de dinero para contratar a los músicos burgaleses. Los gaiteros se dieron cuenta de la situación y ya no se despidieron con un «Hasta el año que viene, señor alcalde», sino con un simple «Adiós, señor alcalde».

La memoria total de la señora Juana, que tiene una visión fotográfica de todas sus vivencias, nos trae un detallado testimonio del cambio en las costumbres de su pueblo, cambio que fue común en muchos lugares.

Desde finales del siglo XIX hasta casi la mitad del siglo XX los gaiteros de Villabuena se prodigaron por La Rioja Alavesa y por varias comarcas del resto de La Rioja. Podían considerarse verdaderos profesionales de la música por su continua presencia en las fiestas patronales y otros eventos festivos de muchas localidades.

Tres apellidos están relacionados con la gaita de Villabuena: los Gil, los Basoco y los Martínez.

Los pueblos de La Rioja castellana cercanos al Ebro que tienen en su horizonte norteño la silueta de la Sierra de Cantabria, como Alesón y Ventosa, llamaban a los músicos de Villabuena “los de la Peña” porque “la parte de la Peña” era el nombre que recibía la citada sierra.

El inagotable venero de información etnográfica que nos proporciona la revista El Najerilla publicada en Mansilla de la Sierra desde 1917 hasta los años sesenta del siglo pasado nos deja a veces retratos muy precisos de los músicos que acudían a tocar a los pueblos de La Rioja, especialmente a la comarca de las Siete Villas que fue la zona en la que más se centró la atención informativa de la revista.

En unos casos solo se menciona la presencia de los gaiteros en las fiestas. En otros el corresponsal de la revista se detiene a explicarnos en qué consistió su actuación.

En Canales de la Sierra los vemos tocando desde el año 1924 hasta 1930 en las fiestas de La Soledad y de la Esclavitud.

En el año 1930 nos cuenta el corresponsal que los gaiteros de Villabuena fueron a tocar en las fiestas de Santiago y Santa Ana. Dieron los pasacalles, dianas y, hablando del día de Santa Ana, dice el corresponsal: «No tardaron en reunirse los mozos y dulzaineros en el Ayuntamiento, dando principio al tradicional pasacalles recogiendo las niñas portadoras de las cintas pendientes de las andas de la Virgen. Por la noche hubo baile. La mañana de Santa Anita es sabido que es para los mozos y dulzaineros.» (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Agosto de 1930, nº 135, página 16).

Villabuena2En Brieva de Cameros figuran todos los años desde 1921 hasta 1934. La última actuación de los gaiteros nos la ha descrito Juana.

En el año 1929, el corresponsal, narrando las fiestas de San Felices, nos cuenta que los gaiteros de Villabuena «saludaron al vecindario con un bonito y animado pasacalles… El día grande amaneció claro y la alegre diana despertó al vecindario… No pararon de tocar en todas las fiestas, alternando con música de cuerda por músicos de la comarca» (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Agosto de 1929, nº 123, página 5).

El corresponsal de la revista en Mansilla de la Sierra narra con precisión la presencia de los gaiteros desde el año 1923. Destacamos alguna de sus crónicas:

«Después de comer hubo gran baile en la plaza por los gaiteros de Villabuena, que se prolongó hasta la una y media de la mañana los tres días; de modo que las mozas ya han podido aprovecharse bien; … con los focos de la luz y el cachivirrio Manuel Hernández, parecía que nos encontrábamos en plenas fiestas de la Cruz… vimos una cuadrilla de mocetillos que empiezan a despuntar ya; pero que como no han pagado la peseta todavía no pueden alternar con los mozos…»

(El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Junio de 1923, nº 49, página 3). Nota: Pagar la peseta era el rito de paso para pertenecer a la sociedad de mozos.

En la portada de la revista de enero de 1924 aparece una foto con un pie que dice «En la fotografía de la [fiesta de la] Cruz aparecen los mozos en la era de Peñalucas, provistos de garrafones de morapio para pasar la caldereta; al fondo los gaiteros de Villabuena y el cachivirrio Hernández, con su bastón de mando.»

“Animaron la fiesta de la Cruz los gaiteros de Villabuena, este año hubo una novedad, cachivirrio casado y con canas, el famoso Marcelino Peñalba El Tomatero Grande. La gente joven bailó de lo lindo, despidiéndose de ello para un rato, al compás del violín de Ignacio Espiga, de Ortigosa y una guitarra…»

(El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Septiembre de 1934. Nº 184, página 12 y 13).

En 1927 los gaiteros de Villabuena estuvieron tocando durante los días 23, 24 y 25 de Junio, junto con los bandurristas de Villavelayo con motivo de una boda. (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Mayo de 1927. Nº 96, página 4).

Por la fiesta de San Pedro «hubo gaita en abundancia por los renombrados dulzaineros Hermanos Gil de Villabuena, que se mostraron incansables. Fueron contratados para las fiestas de la Cruz. Cachivirrio fue Serafín Hernández (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Julio de 1932, nº 158, página 18).

En Viniegra de Arriba son citados en las crónicas festeras de los años 1919 a 1931 y se mencionan los nombres de Benjamín Basoco, Eduardo Martínez y el redoblante Jaime Basoco.

Tras las vísperas en la ermita de la santa y la procesión «siguió después animado baile alternando la clásica dulzaina de Villabuena con el armonioso organillo y las rondas se sucedieron durante la noche.» (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Agosto de 1921, nº 27, página 4). Nota: Se refieren a un organillo de manivela que había comprado la Sociedad Protectora de Viniegra de Arriba.

La crónica de agosto de 1920 de Viniegra de Abajo nos cuenta que «las fiestas de Santiago han estado muy animadas, aprovechándose bien la gente joven, pues desde el día 24 hasta el 27 de madrugada, los gaiteros de Villabuena, Alava, han soplado de lo lindo; la subida a por el Santo a su ermita, como siempre, ha resultado muy pintoresca, notándose la presencia de varios gaiteros, pues además de los ya referidos, hubo varios de Villaviciosa, Asturias. La imagen del Santo fue conducida en hombros por numerosos jóvenes que a menudo se relevaban, habiendo sido impresionadas bastantes películas por don Nemesio Sangrador y don Siridión Martínez.» (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Agosto de 1920, nº 15, página 1). Nota: La referencia a los gaiteros de Villaviciosa no es más que una indirecta sobre la sidra El Gaitero que se bebió durante las fiestas.

Villabuena1

En San Millán de la Cogolla tocaban las danzas durante la fiesta de Santa Gertrudis: «En la procesión danzaron admirablemente la comparsa de danzadores jóvenes de la localidad, al son de las dulzainas de Villabuena, que fueron las encargadas de amenizar las fiestas.» (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, diciembre de 1932, nº 163, página 8).

Nieva de Cameros (1925): «Los gaiteros de Albelda y Villabuena (tres gaitas) han hecho las delicias de grandes y pequeños, jóvenes y viejos, pues hasta éstos, han alegrado su larga y pasada vida, recordando sus buenos tiempos en que cada uno hizo proezas en los Santiagos de aquel entonces. ¡Cómo es posible que esta juventud tenga huesos sanos después de tres días de bailar, danzar, correr, brincar, cantar y gritar ¡Buenos, pero buenos se han puesto! Lo que me decía una bella, jadeante, después de terminar una jota con el agudo correspondiente: A pesar de tantas gaitas, todavía no estoy satisfecha, venga más gaita, y se lanza nuevamente a la danza, como si el cansancio no existiera.» Revista (El Najerilla, Mansilla de la Sierra, Agosto de 1925, nº 75, página 9).

Anguiano (1933). En el traslado de la Magdalena a su ermita danzaron los danzadores al son de la gaita de Villabuena.

Villabuena3Datos extraídos de una reciente publicación sobre la danza de los zancos de Anguiano nos amplían considerablemente el periodo de la presencia de los gaiteros de Villabuena en la localidad serrana: En las fiestas de 1897 a 1891 se contrata varias a Manuel Gil, gaitero de Villabuena. Año tras año se va alternando con los Sancha de Camprovín hasta 1912. Vuelve a acudir en 1916. En el año 1933 es Faustino Gil, a quien suponemos hijo de Manuel.

Las noticias que la revista El Najerilla nos proporciona sobre la presencia de los gaiteros de Villabuena en otros lugares son más escuetas, empiezan a aparecer a partir de los años treinta cuando el centro de atención informativo de la revista se amplía fuera del alto valle najerillense: El Rasillo de Cameros, 1930; Ortigosa de Cameros, 1931 y 1933 con motivo de las del Carmen; Torrecilla de Cameros, 1929, 1930, 1934; Montenegro de Cameros, 1928; Santa Coloma, 1932; Peñaloscintos, 1932, fiestas de San Pedro; Ezcaray, 1933, fiestas de Acción de Gracias.

Los gaiteros de Villabuena también se prodigaron por los pueblos de La Rioja Alavesa y por la Sonsierra riojana.

Faustino Gil Basoco fue, además de gaitero, alcalde republicano de Villabuena de Álava. Ya durante la guerra civil fue represaliado, y aunque salvó su vida tuvo que pasar ocho meses de destierro en Molón (Zaragoza). Volvió a ejercer como músico pero, como les ocurrió a muchos gaiteros no afectos al régimen dictatorial, la estela de este músico tan popular fue apagándose con el nuevo régimen.

Bibliografía:

  • Iñaki Gil Basterra, Jurisdicción especial y represión franquista en Álava (1936-1942), Servicio central de publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 2008.