Título: La soledad de la Virgen II |
Estaba la Virgen pura debajito una alameda
camisa de holanda hacía para el Hijo de Dios era.
Cuando la enhebra con hilo cuando la enhebra con seda
cuando se le acaba el hilo con sus cabellos la enhebra.
Pasó por allí San Juan le dijo de esta manera:
–¿Cómo no canta, la Virgen, cómo no canta, la bella?
–¡Cómo quiere usted que cante si me hallo en tierra ajena!
Pa un hijo que Dios me ha dado ………………………….
Lo tengo crucificado en una cruz de madera.
Si me lo queréis bajar os diré de esta manera
os ayudará San Juan y también la Madalena
yo también os ayudase si mis fuerzas me valieran.
Subid al monte el Calvario y allí veréis la escalera
toda manchada de sangre que del Hijo de Dios era–.
Allí murió quien murió allí murió quien muriera
allí murió el redentor redentor de cielo y tierra.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.