Título: La Virgen y el ciego VI |
Camina la Virgen pura, camina hacia Belén,
a la mitad del camino el Niño tenía sed.
Le preguntó a un pastorcito dónde había agua para beber.
–Allá arriba en aquel alto hay un viejo naranjel–.
La Virgen, no perezosa, cogió al Niño y subió a ver.
“Al ver al ciego le dijo”:
–Cieguecito, unas naranjas. –Coja las que quisiera escoger–.
Al ver la Virgen aquello el ciego comenzó a ver.
Se trata de una versión trunca en la que aparece una escena poco frecuente en este romance: la Virgen se encuentra con un pastor antes de llegar al naranjo.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
Otra de las tarjetas postales con la fotografía del «Árbol de la Virgen», un sicomoro que según la tradición ocultó en su seno a La Sagrada Familia durante su huida a Egipto. La tradición evangélica apócrifa nos trajo a España este árbol convertido en un naranjo que calmó la sed del Niño. Otras ramas de la misma tradición hablan de palmeras y manzanos de frutos igualemente jugosos.