Título: Millán Dominguez, versificador |
En la primera mitad del siglo XX y en los pueblos del Alto Najerilla hubo un auténtico afán poético por parte de personajes que improvisaban versos ante cualquier situación, lo mismo valían para sacar cuartetas a los novios, padrinos e invitados de una boda que para componer sermones burlescos en tiempos de carnaval. Dignos de mención fueron el Laureado Poeta Pancho, de Viniegra de Abajo; Millán Domínguez, de Canales de la Sierra; Julián Herrero de Villavelayo; Manuel Gutiérrez Cubilla de Mansilla y Juan Barral de Brieva. Algunos escribían en la revista El Najerilla (1918-1961) y en ocasiones las crónicas de sus respectivas localidades las hacían en verso.
Millán Dominguez era de Canales de la Sierra, se casó en Bezares de Valdelaguna (Burgos) y periódicamente mandaba poesías y crónicas de estas dos villas.
Uno de los lances más comentados y divertidos que sufrió el bueno de Millán fue con motivo de la desaparición de su yegua. Estuvo buscándola varios días, corrió la voz por todo el contorno hasta que unos vecinos de Barbadillo de Herreros la encontraron en la sierra de la Demanda. En octubre de 1925 publicó estos versos en El Najerilla, versos que todavía son recordados por Apolonia. Apolonia en realidad ha mezclado, al menos, tres textos distintos de Millán. Uno de ellos contiene un claro motivo folklórico, el de la herencia del pobre, presente en muchas canciones, romances y poesías de carácter popular. De la pérdida de la yegua recuerda los versos más sustanciales, aunque resumidos cierran el ciclo completo de la narración.
Veinte días he pasado
fatigado de andar tierra
se me había extraviado
con aparejo una yegua.
La busqué por Belorado
por Pradoluengo y Fresneda
Santa Cruz y Garganchón
y las sierras de Pineda.
Nadie me daba razón
no pude encontrar ni huella
tuve que venirme a casa
triste por venir sin ella
Al llegar dije a mi esposa
cansado vengo de yegua
roguemos a San Antonio
protector de nuestra hacienda.
A los veinte días justos
¡oh piadosa Omnipotencia!
dos hombres de Barbadillo
se fueron a las aldeas.
Pasaron por la Demanda
¡aquí mi pluma se tiembla!
perdido entre la nieve
y con una niebla densa.
Bregando por torronteros
de nieve hasta la cabeza
a la Virgen de Costana
ellos pedían clemencia.
Dios tuvo misericordia
y levantó, pues, la niebla
ya encontraron el camino
su muerte, si no, era cierta.
Bajaron a Hayedo Oscuro
allí encuentran una huella
tienden la vista hacia un lado
y se vieron una yegua.
Esta es del señor Millán
es precioso recogerla
que hombre la está buscando
por los montes de Pineda.
Estos han sido los héroes
conocidos en la sierra
uno se llama Felipe
y Severiano Orodea.
Bajaron los dos contentos
con el hallazgo a la aldea
y les dijo el Regidor:
-ya tengo la corredera.
Y yo, muy agradecido
al entregarme la yegua
a los dos he prometido
hacer todo cuanto pueda.
Estaba sin aparejos
ellos los dará la tierra
confío aparecerán
allá por la primavera.
(Millán Dominguez, revista El Najerilla, Mansilla de la Sierra, octubre de 1925, nº 88, página 4).