Título: El mayo de La Villa de Ocón |
El primer día del mes de mayo es para los niños de la Villa de Ocón un día de fiesta grande. Desde una semana antes han ido preparando un armazón de forma piramidal con ramas gruesas de árboles y lo han ido rellenando de ramaje menudo, hojas de árboles, hiedras, arbustos y florecillas silvestres. El resultado final es lo que llaman El Mayo, una estructura vegetal bellamente engalanada.
A las doce del mediodía toda la chicurrería se junta alrededor del mayo, lo agarran entre varios y salen a pasearlo por todo el pueblo. Dos niños llevan, además, un cunacho lleno de paja donde van a ir dejando los huevos y otros presentes que los vecinos irán echando, porque la finalidad de esta celebración, aparte de dar la bienvenida al mes más florido y hermoso del año, es la de recolectar viandas y dinero para organizar una merienda por la tarde.
Desde que comienza su postulación hasta dar la vuelta a todo el pueblo no paran de cantar en las puertas de todos los vecinos:
Buenos días tenga, señora Nati,
a ver si nos da algo para la merienda:
chorizos y huevos, perras y rosquillas,
todo recibimos estos buenos niños.
Ayer por la tarde bajamos al prado
a coger las flores para nuestro mayo.
¡Oh mayo hermoso!, qué tarde has venido
a poco nos helamos todos de frío.
Se han helado los trigos, también las cebadas
y ha caído una helada que se han helado las habas.
Ya viene mayo con las habas verdes
que engorda a los niños, también las mujeres.
Ya viene mayo con sus calores
a curar a los niños los sabañones.
¡Oh mayo hermoso!, mes de las flores
ya cantan en sus nidos los ruiseñores.
Y este mayo es más hermoso que ningún año
y el que lo toque se vuelve giboso.
Terminada la colecta, entre todos los niños hacen un sorteo, para ver a quién le cae en suerte la polla. Esta polla no es otra cosa que el as de oros de la baraja. Un mayor reparte las cartas entre los niños que han acudido a la colecta y el afortunado a quien le cae en suerte el as de oros es el encargado de dirigir la merienda. En la actualidad todas las madres colaboran para preparar el refrigerio de la tarde, pero antiguamente era la madre del niño al que le había salido el as de oros la encargada de hacer las tortillas con los huevos recogidos y organizar todo el trabajo. Así se entiende cómo, hasta hace poco, muchos críos saliesen huyendo a la hora del sorteo.
Esta fiesta se celebra de una manera muy parecida en Lardero. No conocemos otros lugares de la provincia donde se celebre, de hecho hay que irse hasta Galicia, especialmente a la provincia de Pontevedra, para encontrar fiestas similares. Quedan recuerdos lejanos de un maestro de finales del siglo XIX que debió estar destinado en La Villa de Ocón y en Lardero que pudo ser el promotor de esta costumbre en ambas localidades.