Título: La boda estorbada VI |
Ya ha caminado Fernando ya camina, ya se va
dejando a su Isabelita pequeña y de corta edad.
–Dime, dime, Fernandito, para cuánto tiempo vas.
–Para siete años, mi vida, para siete años na más.
Si a los siete años no vuelvo marido podrás buscar–.
Ni a los siete ni a los ocho Fernando no vuelve ya.
–Madre, cómpreme un vestido de oro no, que cuesta más
que yo lo quiero de esparto para poder caminar–.
Ha andado los siete reinos y en ninguno lo pudo hallar
pero a eso de los ocho con un pastor vino a dar.
–Dime, dime, pastorcito, de quién es ese rebaño.
–De Fernandito, señora, mañana se va a casar
las ovejas tiene muertas el pan amasado está.
–Haz el favor de enseñarme que allá quiero ir a parar–.
Ya le apunta con el dedo como si fuese un puñal
la niña, como atrevida, allá se atrevió a llamar.
–Oiga usted, la peregrina, échese usted para atrás
que para pedir limosna basta más desde el portal.
–Oiga usted, la condesa, échese usted para atrás
que para pedir limosna basta más desde el portal
y si usted es hija de condes yo soy del rey, que soy más.
Ya ha bajado Fernandito con mucha serenidad
que los amores de antaño nunca son para olvidar.
Ya la ha agarrado del brazo al palacio se la lleva
y a eso de los pocos días ya la ha llevado a casar.