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Título: San Matías iguala la noche con los días |
San Matías es un santo que apenas aparece en los calendarios y almanaques que circulan en la actualidad, pero en la cultura pastoril ha sido un santo muy reconocido –al menos por estas latitudes– porque el día de su santoral –el 24 de febrero– marca un antes y un después en el devenir del ciclo anual. Para ese día el sol se va poniendo más tarde –se igualan las noches con los días– y va un poco más alto en el firmamento, tanto que ya “entra” en terrenos que hasta entonces eran umbríos.
El ganado, escaso de pasto, le pide al pastor nuevos lugares para alimentarse –“sácame de estas solanas y llévame a las umbrías”–, pues las solanas del invierno ya están agotadas y los rayos de sol que acaban de penetrar en las umbrías han derretido el hielo del suelo, por lo que hay pastos adicionales para aprovechar en los difíciles momentos del final del invierno.
El dictado recogido en Valdemadera parece acoplarse a las circunstancias del terreno ya que aunque se trata de un pueblo de sierra está cercano a las vegas del Alhama, con sus trigos y viñas. Las ovejas le piden al pastor dejar la sierra, ya agotada de pastos, y bajar a terrenos más propicios:
Santo Matías
iguala la noche con el día
y le dice la oveja al pastor:
–Sácame de estas ombrías
y llévame entre trigos y viñas
que si crío mal cordero
la culpa será la mía.