Riojarchivo

 

Título: La Virgen y el ciego II
Clasificación: Romancero
Localidad: Zarzosa
Informante: Félix Martínez Alonso (28-10-1937)
Recopilador: Javier Asensio García
Lugar y fecha de recopilación: Logroño, 9 de noviembre de 2011
Catalogación: IGRH 0226

 
Preciosa versión cantada de este romance navideño muy conocido en La Rioja.

Camina la Virgen pura     camina para Belén
como el camino era largo     pide el Niño de beber.
–No pidas agua, mi vida,     no pidas agua, mi bien
que los ríos bajan turbios     y no se puede beber–.
Allá arribita arribita     un hermoso naranjel
y el hombre que lo cuidaba     era un ciego que no ve.
–Ciego, dame una naranja,     que este niño tiene sed–.
Y el ciego le respondió:     –Coja las que le haga a usted–.
La Virgen fue tan humilde     que no cogió más que tres
una la ha dado a su hijo     otra le ha dado a San José
la otra se quedó en sus manos     para cuando tenga sed.
Apenas se fue la Virgen     el ciego comenzó a ver
y el ciego le preguntaba     quién le ha dado a mí mi ser.
–Ha sido la Virgen pura     que camina hacia Belén–.

Bibliografía:

Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Editorial Piedra de Rayo, Logroño, 2005.

Al libro acompaña un CD con grabaciones de campo en la que se incluye una versión procedente de la cercana localidad de La Avellaneda que tiene una melodía prácticamente idéntica a ésta de Zarzosa.

Virgen4

Nueva postal del venerado «Árbol de la Virgen» en Matarieh, cerca de El Cairo.

El Evangelio árabe de la infancia [de Jesús], La Sagrada Familia en Matarieh, XXIV
1. De allí se dirigieron al sicómoro que se llama hoy día Matarieh.
2. Y, en Matarieh, el Señor Jesús hizo brotar una fuente, en que Santa Maria le lavó su túnica. Y el sudor del Señor Jesús, que ella escurrió en aquel lugar, hizo nacer allí bálsamo.
XXVI
2. ¡Oh sorprendente milagro, que haya sido llevado y paseado a través de los países, como quien no tiene morada, ni albergue, el dueño de todos los países y el pacificador de los mundos y de las criaturas!

«XXIV 1. De allí se dirigieron al sicómoro que se llama hoy día Matarieh. 2. Y, en Matarieh, el Señor Jesús hizo brotar una fuente, en que Santa Maria le lavó su túnica. Y el sudor del Señor Jesús, que ella escurrió en aquel lugar, hizo nacer allí bálsamo. XXVI 2. ¡Oh sorprendente milagro, que haya sido llevado y paseado a través de los países, como quien no tiene morada, ni albergue, el dueño de todos los países y el pacificador de los mundos y de las criaturas!» (Evangelio árabe de la infancia de Jesús).