Título: Conjuro contra el pulgón de las habas |
El agua bendita de la misa del Sábado Santo por la noche -la misa de Resurrección- tenía en muchos lugares carácter conjuratorio, sobre todo contra las tormentas de verano si dentro de la pila se metían piedrecitas que se arrojaban en dirección a la tormenta cuando esta se acercaba. Así lo hacían en Camprovín y en muchos otros lugares. De carácter más localizado era el utilizar el agua bendita del Sábado Santo para conjurar el pulgón de las habas, allá por el mes de mayo, plaga muy frecuente en este tipo de plantas.
Lo hacían los propios agricultores, derramando sobre las plantas unas gotas de agua bendita mientras pronunciaban la siguiente plegaria:
Agua bendita
del cirio pascual,
quita el pulgón
y deja el habar.