Título: El vino de Candeíllas |
Antonio nos relata la vieja costumbre que tenían los hombres de Arnedo de reunirse en las bodegas de los cosecheros para echar un trago, siempre acompañado de un tentempié. El vino de Arnedo tenía más graduación que el del resto de La Rioja y lo consideraban mejor que los más suaves de otros lugares. Las uvas procedentes del término de Candeíllas, junto a la Balsa de Orive, daban un vino de dieciocho grados, así que no es de extrañar que los hombres entrasen a la bodega de pie y tuvieran que salir como podían:
Vino de Candeíllas
que a los hombres más valientes
les haces andar de rodillas.
Este dicho se ha quedado como un brindis cuando se levanta el vaso para beber el vino procedente de dicho término.