Título: Cantos de boda I |
Todavía son recordados en los pueblos de La Rioja Alta las canciones que con motivo de las bodas se cantaban a los novios con un propósito muchas veces postulatorio. En muchos lugares decían ir a cantar o pedir el rebollo¸ pues éste era el obsequio que en forma de licores, pastas o dinero ofrecían los novios a los invitados en la misma noche de la boda. Solían ser cuartetas sueltas de ocho sílabas con rima variada. Lejos de ese entorno en el que la costumbre vivió en casi todos los pueblos, en La Rioja Baja aparece solo en los pueblos de rasgos arcaizantes, como es El Villar de Poyales que conservó la costumbre de ir a cantar la enhorabuena a los novios desde tiempo inmemorial. La canción está compuesta en metro romance y se repetía en cada boda cambiando nada más que los nombres de los contrayentes. En ella se glosan las bondades y virtudes de los novios, especialmente de la novia con el viejo motivo lírico del retrato. La tonadilla, antigua, original y pausada es bien recordada por Emiliano Sánchez que recrea los versos que le cantaron a él y a su mujer, Antonia Martínez, la noche de su boda.
Buenas noches a la una buenas noches a las dos
buenas noches para todos buenas noches nos dé Dios.
Después de pedir permiso a esta casa hemos llegado,
a darles la enhorabuena a los dos recién casados.
A la reina de los cielos aurora del cielo empíreo,
hija del eterno Padre madre del eterno Hijo,
con fervor y devoción favor y gracia le pido,
para que pueda mi lengua sin temor y con alivio
publicar con diligencia sus grandezas y prodigios,
cierto, verdadero y claro de un caso que ha sucedido.
Con dos amantes del alma la dicha que han tenido,
que se han desposado hoy con gran fiesta y regocijo.
En el pueblo de El Villar lugar del reino florido,
nació de muy nobles padres un infante muy pulido.
Galan, discreto y bizarro dispuesto y bien entendido
y muy noble también es como queda referido.
Como era de buena sangre se inclinó desde niño,
a las oraciones santas y a los misterios divinos,
sirviendo y amando a Dios como siervo agradecido.
Si quieren saber su nombre preciso será decirlo,
fulano tiene por nombre mengano por apellido.
Apenas su tierna edad llegó a los veinte cumplidos,
se enamoró de una dama que parece el cielo empíreo.
Solo la pudo criar tan hermosa no se ha visto
la mejor de las doncellas de cuantas he conocido.
Decir quiero su hermosura aunque yo no sea digno,
de pintar con mis palabras este precioso angelito.
Empiezo por los cabellos que parecen de oro fino,
su frente clara y serena espacioso paraíso.
Sus ojos son dos luceros que enamoran los sentidos,
y dan luz a todas partes con su mirar tan divino.
Ella con sus dos mejillas dos soles lleva consigo,
pulidita de cintura parece un clavel florido.
Si quieren saber su nombre será preciso decirlo
tal tiene por nombre y tal por apellido.
Esta en opinión de santa y por aqueste motivo
fulano se enamoró de este precioso angelito.
Y para lograr su intento con todo cuidado vino
a la casa de sus padres y estas palabras le dijo:
Has de saber, noble dama, que a tus pies estoy rendido,
por tus nobles condiciones tus finezas y cariño.
Solo vengo a que me des una merced que te pido,
a que me otorgues palabra que te has de casar conmigo.
La dama que esto escuchaba de esta suerte ha respondido:
Buena sea tu venida amante, galán querido.
Qué gracias o qué alabanzas qué dones o qué prodigios
te haré yo, noble fulano, por tan grandes beneficios.
Para que vayas contento esto te advierto y te digo,
que te doy firme palabra que me he de casar contigo.
Vete a casa de tus padres y diles lo sucedido,
y también a tus parientes que yo pretendo lo mismo.
Así lo hicieron los dos quedaron agradecidos,
hicieron un firme voto con ánimo de cumplirlo,
Hoy ha llegado aquel día de tan grande regocijo,
y de tan grande alegría de cumplir lo prometido.
Y en la iglesia del Villar el Señor los ha unido
en santísimo sacramento de matrimonio bendito.
Y con muy buena intención fulano ha recibido,
a mengana por esposa cuando le ha puesto el anillo.
Quiera Dios que muchos años lo gocéis con regocijo,
en compañía de ambos y vuestros padres queridos.
Criéis hijos para el cielo y con la paz y servicio,
de Dios y la Virgen santa y su sacrosanto Hijo,
que de lo cual yo me alegro y todos dicen lo mismo.
Os damos la enhorabuena con un ramito dorado
porque antes erais novios y ahora ya sois casados.
Os damos la enhorabuena con un ramito florido,
que es muy hermosa la dama y muy galán su marido.
Vivan los recién casados y el cura que los casó
el padrino y la madrina los convidados y yo.
Con esto mi canción cesa y a todos perdón les pido,
de todas las muchas faltas que en el romance he tenido.
Que no han sido por malicia que por ignorancia han sido.
Alabado sea Dios por los siglos de los siglos.
Amén.